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César Figaredo de la Mora.ISAAC RUBIO

Duelo por un veterano dirigente de la industria asturiana

César Figaredo, una tradición patronal

El expresidente de Exportastur y Femetal y exvicepresidente de FADE ahora fallecido continuó la intensa implicación de su familia en el movimiento empresarial español

Con César Figaredo de la Mora (Oviedo, 1949), fallecido anteayer en la capital asturiana, y que fue presidente de la patronal metalúrgica Femetal y de la desaparecida asociación de empresas exportadoras asturianas (Exportastur) y vicepresidente segundo de la cúpula empresarial asturiana FADE, los grandes apellidos de la industrialización asturiana volvieron a asumir protagonismo público en el movimiento patronal tras muchos años de repliegue de la primera línea del asociacionismo empresarial y del diálogo y negociación social con los sindicatos y los poderes públicos.

Integrante de la quinta generación de una dinastía involucrada desde el siglo XIX en los sectores rectores del capitalismo asturiano (minería, siderurgia, metalurgia, ferrocarriles, navieras, astilleros, eléctricas, explosivos, algunas pocas compañías en el sector transformador, y, de forma también muy relevante, la banca, con presencia en media docena de instituciones de crédito), Figaredo de la Mora restableció la antaño intensa participación familiar en las organizaciones empresariales, que comenzó a fines del XIX con la presencia de algunos de sus ancestros en el origen de la Asociación de la Industria Hullera de Asturias (AIHA) en 1877, se atenuó tras la posguerra civil y no se interrumpió hasta los albores de la transición posfranquista.

Desde el último tercio del siglo XIX, y al calor de la industrialización asturiana y de la relevancia del movimiento obrero regional, sus antepasados paternos (los Fernández -apellido transformado luego en Figaredo-, Sela Sela y Sela Sampil) asumieron, junto a otros clanes de la burguesía regional, una relevante implicación en las pujantes fuerzas empresariales de Asturias, acorde con su acrisolado protagonismo hullero, industrial y financiero.

Inocencio Fernández, el gran impulsor de la dinastía Figaredo y continuador de los negocios carboneros de su padre, participó en el origen de la AIHA, y sus descendientes fueron incorporándose a las sucesivas organizaciones que el empresariado asturiano promovió para la defensa de sus intereses de clase, sectoriales y regionales.

Por la especificidad del modelo industrial asturiano y sus peculiares rasgos estructurales, el mundo obrero y el patronal de la comunidad se vieron abocados a etapas de durísimo enfrentamiento (casos de 1906, 1917, 1934, 1936 y 1962-1964, entre otras fechas emblemáticas) y a periodos de recíproco apoyo y alianzas estrechas en la demanda de medidas de protección y salvaguarda para el carbón y el acero, el salvamento público de empresas y sectores de actividad, y el rechazo de las exigencias librecambistas de los grupos exportadores españoles que reclamaban el fin o atenuación de los aranceles.

Las distintas ramas dinásticas que confluyeron en el apellido Figaredo se implicaron, a lo largo del último tercio del XIX y primero del XX, en la Liga Regional de Intereses Hulleros de Asturias, la Asociación Patronal de Mineros Asturianos (APMA), la Cámara Minera, la Central Hullera Asturiana, la Asociación Hullera Nacional y en la gran patronal regional Unión Industrial de Asturias. Cuando el empresariado minero asturiano se escindió en los años diez entre los partidarios del diálogo con los sindicatos y el bastión liderado por el marqués de Comillas, opuesto a cualquier reconocimiento de las organizaciones obreras, la dinastía Figaredo y Sela optó por el bando negociador, salvo el caso específico de uno de los bisabuelos de César Figaredo, quien, por su pertenencia a la dirección de la Hullera Española, del marqués de Comillas, quedó encuadrado en la facción más intransigente. Otro pariente fue actor significado en la Agremiación Patronal Gijonesa.

El acusado protagonismo de César Figaredo en el movimiento patronal asturiano reciente, que comenzó en los años ochenta y se afianzó a partir de los primeros noventa, conecta también con una prolongada tradición asociativa en su rama materna. Su abuelo César de la Mora Abarca, integrante de una pudiente familia santanderina que hizo fortuna en Madrid, era hermanastro de Juan Antonio Gamazo y Abarca, conde de Gamazo, emparentado con el gran político conservador de la Restauración Antonio Maura. Además de uno de los financieros más próximo al rey Alfonso XIII y un dirigente relevante en la industria eléctrica nacional, el abuelo De la Mora fue un significado dirigente del movimiento gremial español en los años 30. Tomó parte en el nacimiento en 1924 de la Federación de Industrias Nacionales (FIN), promovió con su hermano Germán y otros la Unión Económica en 1931, que congregaba a la gran industria y a la banca en defensa del liberalismo, y promovió la Asociación Patronal Católica en 1936. Su hermano Germán creó otro colectivo de interés económico: la Agrupación de Fincas Rústicas, muy activa en los años 30.

La ilegalización de las organizaciones sindicales de clase durante el franquismo y la afiliación forzosa de trabajadores y empresarios al sindicato único oficial durante la dictadura no cercenó totalmente el protagonismo patronal de la estirpe. Juan Alvargonzález González, tío político del ahora fallecido, formó parte desde 1958 de la Asociación de Constructores de Buques de Asturias, y otro tío, Antonio Figaredo Sela, se involucró en la Asociación Social Patronal, un colectivo auspiciado por el arzobispo de Oviedo en 1954 para difundir la doctrina social de la Iglesia entre el empresariado.

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