La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Asturias, la región cuyo peso en renta per cápita supera con más holgura al que tiene por PIB

Las transferencias contribuyen a unos ingresos superiores a la media nacional, pese a que la producción es inferior, y amortiguaron la crisis

Asturias, la región cuyo peso en renta per cápita supera con más holgura al que tiene por PIB

Asturias es la comunidad autónoma cuya posición relativa en el conjunto nacional por su nivel de renta disponible bruta de los hogares por habitante supera con mayor holgura a su situación respecto al promedio y a otras comunidades autónomas por su producto interior bruto (PIB) per cápita. Según la última actualización de datos difundida por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la renta disfrutada por los asturianos equivale al 102,8% de la media española cuando la riqueza anual generada por la región se sitúa en el 88,1% del promedio nacional.

De las diecisiete comunidades autónomas, en nueve (Asturias, País Vasco, Castilla y León, Cantabria, Galicia, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura) la posición relativa en renta es superior a la que ocupan esos mismos territorios en relación al PIB per cápita español, pero en ninguno el desfase es tan amplio como en el Principado.

Frente a un PIB español por habitante de 22.412 euros en 2014 (último dato difundido), el asturiano fue de 19.727 euros (el 11,98% inferior), lo que situó a Asturias como la décima de las diecisiete regiones autónomas por el valor de su producción.

Por el contrario, en renta disponible familiar bruta por habitante, Asturias supera el 2,77% a la media nacional, con 14.440 euros frente a los 14.059 de promedio en el conjunto del país. Asturias, que en valor de la producción generada por habitante es la décima región española, se encarama al séptimo puesto en renta bruta disponible por ciudadano.

Crisis. La diferencia entre ambas posiciones relativas respecto a los promedios nacionales en PIB y renta es en el caso asturiano de 14,7 puntos, muy superior a las de Cantabria (7,6), Extremadura (6,9), Castilla y León (5,7), Andalucía (4,2), Castilla-La Mancha (4), Galicia (3,2), País Vasco (2,4) y Comunidad Valenciana (1,6).

En PIB per cápita superan a Asturias las comunidades de Madrid, País Vasco, Navarra, Cataluña, Aragón, La Rioja, Baleares, Castilla y León y Cantabria, mientras que en renta por habitante sólo País Vasco, Madrid, Navarra, Cataluña, Aragón y La Rioja rebasan al Principado.

Desde que estalló la crisis, en 2008, el PIB per cápita asturiano se redujo el 12,55% (bajó de 22.559 euros a 19.727) mientras que el español disminuyó el 6,69% (menguó de 24.020 a 22.412).

Sin embargo, pese a que el PIB por habitante cayó en Asturias casi seis puntos porcentuales más que en España, la renta de los asturianos se resintió durante la crisis mucho menos: el recorte de la renta por ciudadano fue en Asturias del 10,6%, sólo 1,6 puntos más de los que cayó en ese tiempo el promedio español (9,05%) y dos puntos menos de lo que retrocedió el PIB por asturiano.

Pensiones. La superior posición relativa de Asturias en el conjunto español en renta respecto a la que tiene en PIB, y el menor retroceso durante la crisis que padeció la renta de los asturianos respecto al que sufrió el valor del PIB regional por habitante expresa la función amortiguadora del Estado del bienestar y la alta dependencia asturiana de las transferencias de rentas procedentes de los mecanismos de redistribución, y entre ellos fundamentalmente del sistema público de pensiones.

Esta realidad tiene muchas implicaciones para la economía asturiana. Entre ellas, refleja el desafío al que se enfrenta la comunidad a medio y largo plazo (el efecto "escalón") cuando el importe de las pensiones tienda a reducirse tanto por razones demográficas como por las reformas ya realizadas en el sistema y las que se intuye que se harán en el futuro para garantizar la sostenibilidad del modelo de previsión.

La tendencia natural es que haya un equilibrio y una correspondencia entre los niveles de PIB y de renta. De manera que, en la medida en que el PIB no se dinamice más de lo que lo ha hecho en los últimos decenios, lo natural será que la posición relativa en renta tienda progresivamente a converger a la baja con la que se tenga en PIB. El envejecimiento poblacional y baja natalidad asturiana, junto con la escasa tasa de actividad (la menor de España), más el elevado nivel relativo de los salarios en la comunidad (hoy, el quinto mayor como promedio del país, lo que genera derechos de pensiones futuras análogas) podrían demorar esa tendencia, pero sería por una vía poco virtuosa. Lo que garantiza el bienestar futuro y las bases de prosperidad sostenibles son el PIB y el potencial de crecimiento de la economía y no las transferencias.

Singularidad. El caso asturiano está muy escorado por algunas singularidades, como el envejecimiento poblacional, la baja tasa de actividad (en parte, por las reconversiones con prejubilaciones de los años 80 y 90) y por los altos niveles de cotización acumulados en el pasado. Las cotizaciones fueron altas por el peso industrial de la región pero también por la solidaridad nacional porque durante décadas los contribuyentes españoles sostuvieron con sus impuestos empresas públicas con enormes plantillas, salarios altos y pérdidas cuantiosas. Aquellos salarios, sufragados con ingentes subvenciones estatales, dieron lugar a prestaciones elevadas. Hoy Asturias es la tercera región con las pensiones más altas, tras Madrid y País Vasco. Y aunque sigue siendo la quinta con el salario promedio más acusado (tras Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña), arroja el mayor descubierto relativo entre cotizaciones y prestaciones, lo que apunta a que, por meras razones vegetativas, la renta per cápita tenderá a ajustarse en el futuro si no se produce un revulsivo en la actividad económica.

Compartir el artículo

stats