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El encuentro del talento económico

Asturianos que ocupan importantes cargos en organismos internacionales y grandes empresas se reúnen en Oviedo alrededor del profesor universitario Antonio Álvarez Pinilla, que les ayudó a dar el salto

El profesor y sus discípulos. JULIAN RUS

Antonio Álvarez Pinilla, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, nunca corta el cordón umbilical que le une a sus alumnos más brillantes, aunque estén repartidos por todo el mundo. Hace una década decidió "institucionalizar" la relación con un encuentro anual que ayer reunió en una sidrería de Oviedo a economistas asturianos de instituciones como el Mecanismo Europeo de Estabilidad, la Autoridad Europea del Mercado de Valores o el Banco de España; de multinacionales como Abengoa o King.com, el gigante sueco de los videojuegos para móvil; y de universidades de España, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Finlandia.

Álvarez Pinilla -que a sus 60 años acaba de regresar a la rutina de la docencia en la Universidad de Oviedo tras una etapa al frente del Departamento de Análisis e Innovación de Liberbank y como gerente del Centro Europeo de Soft Computing- completó su formación académica en la Universidad de Wisconsin-Madison (EE UU) cuando era poco habitual hacer las maletas para cursar un máster. A todos sus alumnos les recomienda seguir ese camino. "Es bueno salir, lo que en Asturias se conoce como fuga de talentos no es negativo, todo lo contrario, lo que es malo es que no se den las condiciones para que regresen o para captarlos", afirma Álvarez Pinilla.

"Los talentos se fugan de todos los sitios", apunta Ángel Gavilán, acostumbrado a los ambientes internacionales. Él es un "hombre de negro". Trabaja en el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), organismo intergubernamental con sede en Luxemburgo creado por el Consejo Europeo como respuesta a la crisis del euro. Gavilán es el encargado del MEDE para Irlanda, uno de los países que se acogieron al rescate. Nacido en Luarca hace 40 años, Gavilán estudió Económicas en Oviedo y realizó el doctorado en la Universidad de Chicago. "En el primer trimestre me dieron clase tres premios Nobel, allí ves hasta donde llegan las fronteras del conocimiento", señala Gavilán, que ya como doctor regresó a su país para trabajar primero en el Banco de España y después en BBVA Research, antes de marchar para Luxemburgo.

El ovetense Abel Fernández, de 37 años, no ha tenido que salir de España para trabajar en una multinacional con cerca de 400 millones de clientes. Dirige en Barcelona uno de los equipos de científicos de datos de King.com, líder mundial en el sector del entretenimiento interactivo para dispositivos móviles gracias al éxito de juegos como Candy Crush. "Nos encargamos de analizar el comportamiento de los jugadores ante cada nuevo lanzamiento", señala Abel Fernández. Cada "click" les aporta información valiosa para pulir los juegos y conocer a sus usuarios. Economista por la Universidad de Oviedo, trabajó en la Consejería de Economía del Principado y en el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas antes de llegar a King.com. "Aprendí a programar a través de cursos on-line de las plataformas gratuitas de universidades internacionales y eso, sumado a mi perfil en ciencias sociales, me sirvió para entrar en la compañía", destaca.

Otros discípulos de Álvarez Pinilla también tienen cargos de dirección en grandes empresas privadas. El gijonés Carlos Andrés Sampedro fue director de Compras de Abengoa en China y ahora trabaja en la sede central de la compañía en Sevilla; el ovetense Alejandro Fernández Cerezo es director de Análisis Económico Aplicado de Liberbank y la ovetense Carmen Albalá es directora de Innovación Bancaria y Análisis Competitivo en la misma entidad financiera.

Al encuentro de economistas también asistieron ayer el ovetense Jonás Fernández, eurodiputado del PSOE; el gijonés Carlos Aparicio, miembro de la Autoridad Europea del Mercado de Valores, con sede en París; el santanderino Enrique Moral, que trabaja en el Banco de España; el gijonés Julio del Corral, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y experto en economía del deporte; la ovetense Marta Menéndez, profesora de la Universidad de París-Dauphine, y el ovetense Manuel Fernández Bagües, profesor en la Universidad de Helsinki (Finlandia) tras pasar por la Universidad Carlos III de Madrid. Desde la distancia le sorprende que en Asturias no haya políticas públicas "más atrevidas" para resolver el que considera el principal problema de la región: el demográfico. "En la década de los años 90 del pasado siglo también había problemas demográficos en Finlandia y se pusieron en marcha medidas como la ampliación de las bajas de maternidad para fomentar la natalidad. En Asturias sorprende que este no sea uno de los principales debates y que se siga dando vueltas con la variante de Pajares", apunta Fernández Bagües.

Junto a los profesores varios doctorandos. El ovetense Joaquín García-Cabo está realizando su tesis doctoral en la Universidad de Minnesota (EE UU) y la gijonesa Paula López la está terminando en la Universidad de Warwick (Reino Unido) después de haber cursado un master en la prestigiosa London School of Economics y haber trabajado para el Banco Interamericano de Desarrollo en Estados Unidos. Investiga la influencia de los problemas cotidianos en el rendimiento de los trabajadores de economías en vías de desarrollo. En concreto se centra en empresas textiles de Bangladesh y analiza, por ejemplo, la productividad per cápita de los trabajadores y los defectos por cada 100 prendas que fabrican y pone esos factores en relación con síntomas de stress medidos mediante biomarcadores. A medio plazo no se ve de vuelta a España. "En países anglosajones como Reino Unido y Estados Unidos hay un mayor reconocimiento del esfuerzo", destaca Paula Pérez.

La gijonesa Rocío Uría, investigadora del Oak Ridge Lab, laboratorio del departamento de Energía de Estados Unidos, tampoco piensa en el regreso. "La primera vez que cogí un avión en mi vida fue para irme a California para hacer el doctorado. Mis padres me acompañaron al aeropuerto y para mí fue un cambio radical. Luego regresé a España para trabajar en Iberdrola y me di cuenta que echaba de menos Estados Unidos. Nada más que surgió la oportunidad regresé", afirma Rocío Uría. Otros, como Carlos Andrés Sampedro, que han pasado los últimos años de su vida en China, afirman que no dudarían en volver a Asturias si saliera una oportunidad. "Cuando ya se tiene familia yo creo que ya no hay dudas", señala Sampedro entre el ruido de sidrería.

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