El presidente de Arcelor-Mittal, Lakshmi Mittal, se mostró muy ilusionado después de presentar su oferta, de la mano de la familia Marcegaglia, para hacerse con la planta italiana de Tarento y llegó a asegurar, a través de un comunicado, que, tras las inversiones que tienen previsto hacer, la gigantesca instalación "volverá a ser una de las joyas de la corona del tejido industrial italiano". Precisamente, los sindicatos asturianos temen que este fervor por la instalación transalpina provoque que los Mittal pierdan interés por sus fábricas asturianas, que tienen unos elevados índices de productividad, especialmente en algunos productos como la hojalata. Los tallares regionales de la multinacional funcionan desde hace semanas prácticamente al tope de su capacidad.