Arcelor-Mital tiene autorizado el vertido de aguas residuales a los ríos -con unos límites que ha incumplido según la Admistración- en tanto no se pone en marcha el colector industrial de la ría de Avilés. Esta infraestructura lleva cinco años construida pero aún no se ha puesto en marcha por las disputas entre las administraciones central y regional sobre la gestión. El colector, la última pieza del plan de saneamiento del estuario avilesino, mide 16 kilómetros y fue diseñado para conducir al emisario de Xagó las aguas residuales previamente tratadas en las fábricas.