- El sector, como otros muchos, está en pleno proceso de digitalización ¿Cómo se está adaptando a las nuevas exigencias de internet?
-La transformación tecnológica viene del propio cambio social. Al final, tienes clientes que se relacionan contigo de forma diferente, a través del móvil por ejemplo. Piden una relación de forma diferente y te tienes que acomodar.
- ¿Se ha tenido que orientar la oferta de seguros hacia las nuevas tecnologías?
-Las nuevas tecnologías te llevan a riesgos relacionados con la seguridad. Las empresas son ahora más vulnerables, y tienen mucha información que está expuesta a muchos riesgos y debemos dar cobertura a eso. El seguro tiene que adaptarse a cualquier cambio.
- Hay algunas estadísticas que señalan que durante esta crisis se ha dado un aumento del fraude al seguro. ¿Ha sido así?
-Es verdad que hay quien ha podido pensar que con motivo de la crisis el fraude ha podido incrementarse, puede haber tenido alguna punta, no lo voy a discutir. La prevención del fraude forma parte de la esencia de la gestión aseguradora.
- Durante esta recesión ha habido una gran concentración de entidades financieras ¿se prevé que pueda pasar algo parecido ahora con las aseguradoras?
-Si. Pero con matizaciones. Entre las aseguradoras no se ha dado una concentración análoga a la del mercado bancario porque ha acreditado ser un sector tremendamente solvente. Prueba de ello es que ninguna aseguradora ha necesitado de ningún tipo de ayuda para poder mantenerse ni se conocen regulaciones de empleo o de situaciones dramáticas. Eso nos ha diferenciado de la banca. Ahora bien, las nuevas exigencias regulatorias para la gestión del riesgo hacen más compleja la actividad aseguradora. De la mano de esa mayor complejidad es de donde van a venir en un futuro próximo esos procesos de concentración, pero no de la mano de la insolvencia o de la insostenibilidad financiera. La especialización marcará un camino donde diferentes aseguradoras van a poder unirse, fusionarse o aliarse para buscar mayores eficiencias en sus procesos. Es lo que hemos hecho en Santalucía estos años con nuestras alianzas con Sanitas para salud o con Pelayo para seguros del automóvil.
- ¿En qué consisten esas nuevas exigencias?
-El Solvencia II (una normativa europea para el sector) entró en vigor el 1 de enero de 2016 y cambió el paradigma de la gestión aseguradora. Ahora en función de los riesgos las exigencias de capital son mayores. La eficiencia se va a conseguir con mayores escalas y especialización.
