Rodolfo Cachero trató de evitar su ingreso en prisión en el año 2000 por una condena anterior de fraude fiscal y permaneció huído durante unos nueve meses. En marzo de ese año, el empresario había sido condenado por el Juzgado penal número dos de Oviedo a cuatro años y ocho meses de cárcel y al pago de más de 300 millones de pesetas (1,8 millones de euros) por fraude con el IVA cuando era gerente de Mina Jovesa. En noviembre, se dictó orden de ingreso en prisión, pero las fuerzas de seguridad no hallaron al empresario para notificarsela. Pasó entonces a estar en busca y captura. Según informaciones policiales de la época, en mayo de 2001 Cachero fue identificado por dos agentes en La Corredoria (Oviedo), pero logró evitar la detención huyendo al volante de un cohe Mercedes con el que embistió a un vehículo camuflado que los policías habían cruzado en la calzada para cortarle el paso. Cachero reapareció en agosto y en Marbella, donde la Policía le detuvo. Inicialmente negó ser Rodolfo Cachero, aportando como prueba un carné de conducir de un conocido suyo de gran parecido físico con él. Se le realizó una prueba dactilar con resultado positivo e ingresó en prisión, inicialmente en la malagueña de Alaurín de la Torre.