El comité de expertos que ha elaborado el informe sobre la revisión del modelo de financiación local aboga por sustituir la valoración catastral de los inmuebles por una metodología alternativa más pegada a la evolución real del mercado. Coincide así con los trabajos que ya está realizando el Catastro para diseñar un procedimiento técnico de gran enjundia tributaria, porque el valor catastral es ahora determinante para calcular o comprobar las bases imponibles de numerosos impuestos locales y autonómicos: el IBI, el tributo de sucesiones y donaciones, el de transmisiones patrimoniales en el caso de compraventa de viviendas usadas o las controvertidas plusvalías municipales. El documento de los hacendistas constata en este punto cómo en plena crisis los valores catastrales experimentaron un fuerte ascenso, a la vez que el mercado inmobilario se hundía. Entre 2008 y 2016, el valor catastral medio se incrementó el 21,4% en España, con picos del 52% en el caso de las grandes ciudades.
Esa evolución, en parte fruto de procedimientos de actualización aprobados con carácter extraordinario, explica que los ingresos tributarios de los ayuntamientos aumentaran en estos años. La actuación sobre los valores catastrales y la carga fiscal que ello conllevó constituyeron uno de los principales mecanismos de rescate de las haciendas locales.
