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Unai Sordo, ayer, en el campus de Mieres.J. R. SILVEIRA

Secretario general de CC OO

Unai Sordo: "Con estos nuevos sueldos de miseria es más difícil sostener el sistema de pensiones"

"La economía colaborativa a veces se parece a la vieja explotación, hay que regular este tipo de actividades"

Unai Sordo (Baracaldo, 1972) pisó ayer por primera vez Asturias desde que a comienzos de julio fuera elegido como nuevo secretario general de Comisiones Obreras (CC OO), en sustitución de Ignacio Fernández Toxo. Lo hizo para participar en una asamblea de delegados del sindicato en el campus universitario de Barrado (Mieres), con el objetivo de reflexionar sobre el futuro de la central. Su tono de voz suave contrasta con su discurso crítico y de mensaje vehemente. Sordo representa la renovación que ha emprendido el sindicato y que en Asturias se ha traducido en la elección de José Manuel Zapico como secretario general.

-¿Los trabajadores notan la salida de la crisis?

-España crece por encima del 3% del PIB, pero seguimos con una tasa de paro muy alta y el empleo que se crea es precario y con una caída salarial importante. Nosotros no creemos que hayamos salido de la crisis mientras que la mayor actividad no se traduzca en una mejora salarial de la mayoría de la sociedad.

-¿Qué consecuencias puede tener esta nueva generación de empleados con bajos salarios?

-Estamos viendo un modelo de salida de la crisis en el que la desigualdad no es un accidente, si no que es parte consustancial del efecto de las reformas estructurales. Particularmente la del mercado de trabajo. Esto está creando una suerte de trabajadores pobres, y provocará una fragmentación del mundo del trabajo y una movilización creciente porque no hay nada que acabe movilizando más a las personas que los agravios comparativos y las diferencias injustificadas. Y parte de esto se está empezando a ver en los conflictos que comienza a haber en las empresas.

-¿Por eso su sindicato augura un "otoño caliente"?

-El nivel de movilización tendrá que ver con cómo los empresarios abordarán las diferentes negociaciones en las empresas. Es el momento de una subida salarial que permita recuperar poder adquisitivo. Si no es así es posible que la conflictividad crezca.

-Pero la negociación del acuerdo salarial con la patronal para este año fracasó.

-Se perdió una oportunidad de enviar una directriz para la negociación salarial en los convenios que quedaban por pactar. Lo que toca ahora es tratar de renovar el acuerdo de negociación colectiva para el año 2018 y siguientes y esa negociación no debe circunscribirse sólo a los salarios, los sueldos son muy importantes, pero hay que introducir nuevas materias de negociación.

-¿Como cuáles?

-Como tratar de erradicar esa creciente tendencia de que mediante la subcontratación las empresas y administraciones estén pagando salarios de miseria.

-¿Y cómo va la negociación para la subida salarial de los empleados públicos?

-Está en plena vorágine. Tenemos una propuesta por parte del Gobierno que no nos sirve. Han sido uno de los colectivos más paganos de la crisis, hay muchos empleados públicos que son prácticamente mileuristas.

-La salida de la crisis se ha fiado a los servicios. ¿Cómo afecta esto a regiones más industrializadas como Asturias?

-El reto de este país es un cambio sustancial en el modelo productivo. Se ha apostado por los servicios de bajo valor y a que estas actividades se rentabilicen a base de precarizar el empleo. Necesitamos tener una base industrial potente, empresas que transformen cosas y no sólo que especulen con el precio de esas cosas.

-El sindicato ha emprendido una renovación. ¿Era necesario ese cambio?

-Es muy importante que la organización más grande de este país haya sido capaz de dar un salto generacional tan grande. Nuestra generación ha conocido la precariedad, la diversidad de situaciones de la clase trabajadora, la feminización del trabajo...

-¿La crisis ha traído también una desafección hacia los sindicatos?

-La crisis ha deteriorado la legitimidad de todo lo que sonaba a representatividad. Esto hay que reconstruirlo de muchas maneras y una básica es con una presencia continuada en los centros de trabajo. Hay que tener en cuenta que los centros de trabajo han cambiado de forma radical durante los últimos años. Hoy en día las empresas funcionan en red. La clase trabajadora ahora exige otras cosas, además del salario y la jornada. Están preocupados por la conciliación, por ejemplo.

-Trabajadores de empresas de economía colaborativa como Deliveroo ya han emprendido movilizaciones para exigir mejores condiciones, pero sin contar con los sindicatos.

-Son colectivos que aunque desarrollan un trabajo no tienen una relación laboral ni convenio colectivo. Tenemos que buscar nuevas herramientas de actuación sindical porque esta gente no tiene ni siquiera un espacio común de trabajo. Pero también tenemos que denunciar que estas nuevas formas de trabajo colaborativo a veces se parecen mucho a la vieja explotación y hay que tratar de regular estas actividades.

-CC OO se ha manifestado contra al referéndum de Cataluña del domingo.

-El sindicato no llama a participar en el referéndum, aunque respetamos la pluralidad del sindicato en Cataluña, donde tenemos 140.000 afiliados. Sería deseable que el Gobierno catalán renuncie a celebrarlo. Pero también deberían limitarse las actuaciones policiales que están creando una gran alarma.

-¿Cómo está la situación del astillero de La Naval en Sestao por el que había mostrado interés el empresario asturiano Manuel del Dago?

-La plantilla está haciendo una apuesta por la continuidad de la actividad y por tratar de atraer inversores. Es un tema muy delicado que, y eso lo conocéis bien en Asturias, de cerrar supondría no sólo la caída de una empresa, sino un duro golpe para la comarca.

-¿Peligran las pensiones?

-No hay ninguna fatalidad económica que diga que las pensiones en España no son viables. Aún así hay que tomar medidas. Es muy importante la creación de empleo con bases de cotización más altas. Con estos salarios de miseria es más difícil sostener el sistema.

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