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Alarma en la gran industria por el cierre de térmicas

Las multinacionales intensivas en consumo temen un aumento de precios que comprometa su competitividad

La industria electrointensiva está "preocupada" por el anuncio del cierre de centrales térmicas de carbón y el previsible aumento del precio de la electricidad. La Asociación de empresas con gran consumo de energía (AEGE), en la que están integradas las plantas asturianas de Arcelor-Mittal, Alcoa, Asturiana de Zinc o Praxair, advierte de que la competitividad de estas factorías enfocadas al comercio internacional en muy sensible al precio de la electricidad.

Fernando Soto, director general de AEGE, apuntó que el cierre de centrales térmicas de carbón "supone una retirada de potencia que funciona en base y de oferta de generación, lo que va aparejado a un encarecimiento de la electricidad". Desde el Ministerio de Energía se ha destacado que el cierre de centrales térmicas como la de Iberdrola en Lada supondrá un encarecimiento de la luz del 15%. "El Gobierno ha hecho sus estimaciones y son preocupantes", señaló el ingeniero industrial Fernando Soto, que apuntó que la transición energética hacia una economía descarbonizada debería realizarse sin saltos. "Tenemos más de 30 años para llegar a ese horizonte descarbonizado en 2050 y debería aplicarse el sentido común. Hasta que haya alternativas, como el almacenamiento de la energía renovable, es necesario el respaldo que dan las centrales de gas y de carbón", señaló Soto.

Buena parte de la gran industria asturiana se instaló en la región por la disponibilidad energética. Contar con la flexibilidad de las centrales térmicas de carbón garantiza el suministro eléctrico sin depender de las interconexiones con otras comunidades, que en los últimos años se han reforzado con las nuevas líneas de alta tensión que enlazan con Galicia y Cantabria. "El Gobierno y el operador del sistema eléctrico no van permitir que haya problemas de suministro. En principio la red de transporte es lo suficientemente mallada para evitar problemas y en el caso de existir riesgos se evitarían los cierres de centrales de generación", apuntó Fernando Soto, que antes de dirigir AEGE fue jefe de planificación de Red Eléctrica de España (REE).

La industria electrointensiva descarta los problemas de suministro, pero advierte de los que puede generar una subida de precios. "El precio de las electricidad para estos grandes consumidores es entre un 30 y un 40% más caro que en países como Alemania o Francia y cualquier incremento añadido supone una pérdida de competitividad para unas empresas cuyo mercado es internacional", destacó Soto, que añadió que España "sigue siendo un isla energética" por la carencia de interconexiones internacionales, lo que dificulta la equiparación de precios con Centroeuropa.

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