La reunión entre la dirección de Arcelor-Mittal en Asturias y los sindicatos para discutir el futuro del tren de chapa de Gijón, que atraviesa una situación crítica, terminó ayer sin acuerdo pero con un hilo de esperanza, ya que tanto las centrales como la multinacional reconocen que se produjeron algunos avances significativos, aunque insuficientes aún para llegar a un acuerdo. La empresa rebajó el recorte de empleo que pretende aplicar en este taller (en el que trabajan 343 personas), que sufre unas importantes pérdidas. La intención inicial de la multinacional era amortizar 45 puestos mediante prejubilaciones y ayer situó la cifra por debajo de los 40. Aun así, los representantes de los trabajadores consideran que el esfuerzo no es suficiente.

El principal escollo está en que a los sindicatos todavía no les salen las cuentas. La multinacional prometió una inversión de dos millones de euros a cambio de amortizar parte de los puestos de trabajo en el taller. Los representantes de los trabajadores creen, sin embargo, que el volumen de empleo que se pretende amortizar es demasiado elevado para el dinero que se va a invertir. La empresa, por su parte, advirtió hace unos días que es necesario llegar cuanto antes a un acuerdo porque el riesgo de cierre de esta instalación es serio. Ayer, la dirección se limitó a transmitir que en la reunión "hubo avances, pero sin acuerdo".

Después de casi trece horas discusión los sindicatos y la dirección de la multinacional acordaron darse unos días para poner en orden los números del taller. De hecho, las centrales tienen previsto presentar una oferta conjunta en la negociación del lunes, que se espera decisiva. "Ese día o hay acuerdo o rompemos", reconocía un sindicalista. No va más.

"Se avanzó bastante, pero nuestro objetivo es minimizar al máximo el impacto de las amortizaciones (de puestos de trabajo)", señaló el portavoz de UGT, José Manuel García, que es partidario de que la negociación pueda alargarse más allá del lunes si es necesario.

José Manuel Castro, de CC OO, destacó que "estamos algo más cerca del acuerdo, pero aún no lo suficiente, porque los números que nos presentan no son aún los que nos gustarían".

Manuel Ángel Pulgar, dirigente de CSI, señaló que el baile de cifras que se puso sobre la mesa fue muy grande y que se aprovecharán estos días para pensar "fríamente" una solución para el taller, que está acorralado por las pérdidas.