No recibieron garantías, pero "confían". El Gobierno del Principado espera, dijo ayer su portavoz, que el "tomo nota" de Pedro Sánchez ante las "exigencias" planteadas por Javier Fernández en la reunión del miércoles "abra la puerta a otro escenario en el que el Ministerio module sus planteamientos, renuncie a la descarbonización exprés y permita una transición energética que no comprometa el desarrollo industrial de Asturias".

Guillermo Martínez repite una y otra vez que la posición de Asturias no ha cambiado con el relevo en el Gobierno, que su nivel de "exigencia" se hizo audible el miércoles en la Moncloa y que espera que el encuentro haya servido para algo más que para dejar constancia de que su "discrepancia con el Ministerio" sigue en pie. El consejero de la Presidencia se afana en dejar dicho que la "primera obligación" del Gobierno está cumplida y que nada más podía hacer el Presidente que "lo que ha hecho, exigir" una rectificación "en defensa de los intereses de Asturias", pero renuncia a sumarse a la incomodidad que el simple "tomo nota" de Pedro Sánchez ha generado en la patronal y en la industria asturiana.

El nivel real de satisfacción del Principado se percibe, no obstante, al comparar la reacción de Martínez ante los otros asuntos tratados en la Moncloa. La reunión le lleva a "una valoración global positiva", pero tal vez más por el resto de la agenda: los compromisos asumidos sobre las comunicaciones -los mismos plazos del PP para la llegada del AVE- "merecen ser subrayados"; el propósito de Sánchez de "encauzar, y si es posible cerrar" en esta legislatura el nuevo modelo de financiación autonómica"coincide con nuestro criterio".