El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo ayer en dos décimas su previsión de crecimiento para la economía mundial, que ha situado ahora en el 3,7% para 2018 y 2019, con lo que persistirá a la misma tasa que en 2017, lo que denota, dijo, "estancamiento".

El Fondo mantuvo estable su previsión para las economías avanzadas para este año y la menguó en una décima para el próximo, que en el caso de EE UU entraña una rebaja de 0,2 puntos en 2019.

Para la economía española, el FMI revisa a la baja su última previsión en una décima en 2018 y la mantiene inalterable para 2019. Esto supone un recorte inferior al que ha realizado el organismo para la zona monetaria del euro (dos décimas menos en este ejercicio) y para Alemania (-0,2 puntos) y Francia (-0,3). Sin embargo, mantiene estable su pronóstico para Italia pese a las últimas vicisitudes.

De cumplirse esta proyección, España crecerá este año el 2,7% (tres décimas más que la media de los países avanzados y siete más que el promedio de la eurozona) y el 2,2% en 2019: una décima más que las naciones de alto ingresos y tres por encima de la media de la eurozona. Según el FMI, de las grandes economías avanzadas, sólo EE UU crecerá más que España en 2018 y 2019.

El FMI relativiza así la intensidad de la desaceleración española en términos comparados con el resto del planeta pero arroja sombras de dudas inquietantes sobre la marcha económica mundial. El Fondo alertó sobre los efectos negativos de las políticas de Trump y detecta un crecimiento menos equilibrado, riesgo de "shosks" y debilidad de las herramientas en manos de los gobiernos. "Se avecinan", dijo, "tormentas".