Duro Felguera llegó a perder el 26% de su valor bursátil en el inicio de la sesión, hasta los 0,0074 euros, y a las diez y media estaba moderando su caída, con un retroceso del 11% y un precio de 0,0089 euros.

La sesión, en la que ha entrado en vigor la nueva norma que permite cotizaciones de hasta 0,0001 euro, es la primera en la que la compañía marca precio desde que el 28 de septiembre quedara bloqueada la negociación por la avalancha de órdenes de venta que no fue posible casar desde entonces una vez que ese día los títulos, a causa de la fortísima presión vendedora, marcaron el mínimo precio autorizado por la Bolsa (0,01 euros) hasta que hoy entró en vigor el nuevo umbral mínimo.

La estampida de los inversores se produjo en el día en que la compañía comunicó sus resultados del primer semestre con pérdidas acusadas de 54,9 millones, pero no fue tanto este factor (esperable, dado que no se contabilizaba aún el fortísimo saneamiento de la sociedad realizado en julio con la macroampliación de capital y la reestructuración de la deuda bancaria) como el aviso de nuevas desviaciones y deterioro en su cartera de contratos y la previsión de que en 2019 podría precisar nuevas inyecciones de liquidez. Anteayer, la sociedad actualizó sus cuentas hasta el 31 de julio que, al incorporar los efectos benéficos de la ampliación y la refinanciación, con conversión de parte de la deuda en bonos convertibles, arrojó el restablecimiento del equilibrio patrimonial, la vuelta a beneficios y el restablecimiento de la posición de tesorería. Esta mañana comunicó los resultados hasta el 30 de septiembre, con un beneficio neto de 148,63 millones.