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La gran familia de Alcoa

La mejor escuela

Leonor Otero vive con incertidumbre el final de trece años en la fábrica, de la que destaca "todo lo que he aprendido"

Leonor Otero Rodríguez, en su casa en Gijón. JUAN PLAZA

Leonor Otero Rodríguez, responsable de automatización de la fábrica de Alcoa en Avilés, dice sentir la empresa como su casa. "Tengo cariño a la gente y al sitio, las instalaciones son casi como mis hijos", señala esta ingeniera técnica industrial que entró en las dependencias fabriles de San Balandrán con una beca de la Universidad de Oviedo y tras recibir otra de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) pasó a formar parte de la plantilla de la multinacional. De los trece años que lleva trabajando en Alcoa destaca "todo lo que he aprendido". Se considera muy afortunada de formar parte de una empresa en la que "hay un ambiente inmejorable, muchos de mis compañeros son también amigos, por eso cuando hablamos del cierre de la fabrica decimos que nos vamos todos juntos, como un pack de yogures".

Tiene 40 años, vive semanas de incertidumbre junto a sus compañeros y sufre por la preocupación que invade a su madre ante la clausura de la fábrica. "Toda la vida me dijo que preparara unas oposiciones y no le hice caso; yo me fui a la empresa privada. Ella fue maestra, al igual que mi padre, y lo del ERE y el paro le suena a chino, solo sabe que el puesto de trabajo desaparece", comenta. Desconoce qué le deparará el futuro y aunque no tiene ataduras familiares no desea trasladarse a la otra esquina del planeta como muchos de sus compañeros de carrera, dispersos por Bolivia, Chile o Brasil. "La situación de la industria es complicada, la fabricación del aluminio es un proceso especial, pero quisiera estar cerca de mi familia; mi madre vive en Lugo y mi hermano en Gijón, como yo", indica, para manifestar la sorpresa por el apoyo que están recibiendo los trabajadores tras el anuncio del cierre de Alcoa. "Me resultó emocionante ver la cantidad de gente que sin conocernos ni tener nada que ver con la empresa acudió a la primera concentración, a la salida de la fábrica", concluye la responsable de automatización "con muchas máquinas a mi cargo, pero pocas personas".

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