El Estado rescatará la central hidroeléctrica de La Riera, en Somiedo, al caducar los derechos de aprovechamiento del agua. Será la segunda vez que una instalación hidráulica asturiana revierte a la Administración pública y en las dos ocasiones era la compañía EDP quien las explotaba. El primer caso fue el del Salto de Caño, en el río Sella, que tras ser asumido por el Estado salió a concurso en 2016 y EDP volvió a lograr la adjudicación tras imponerse a otras cinco empresas interesadas en la explotación de esa central de Cangas de Onís.

La Confederación Hidrográfica del Cantábrico acaba de iniciar de oficio el expediente de extinción de los derechos de aprovechamiento del río Somiedo y del arroyo de Las Morteras para la producción de energía eléctrica en el salto de La Riera. Los trámites se han iniciado ante la proximidad del fin de la concesión, que caduca el 1 de diciembre de 2020 y que obliga, según la Ley de Aguas, a revertir a la Administración gratuitamente todas las obras construidas para el aprovechamiento, es decir, el conjunto de la central de La Riera, una instalación de 7,7 megavatios situada a orillas del río Somiedo, próxima a la central de La Malva y que comenzó a funcionar en 1946. "Hasta que llegue la fecha de caducidad EDP podrá seguir explotando la central", señaló Emilio Fernández, director de Centrales Hidráulicas de EDP España, que apuntó que en el caso de que el Estado vuelva a sacarla a concurso la compañía estaría "interesada" en volver a explotarla. "Además, tiene un valor simbólico por su vinculación con La Malva, origen de Hidroeléctrica del Cantábrico", apuntó Fernández.

Según un informe del Observatorio de Sostenibilidad, alrededor del 7% de la concesiones hidroeléctricas -medidas en volumen de agua- ya han expirado en España y no en todos los casos el Estado ha rescatado las instalaciones. Cuando lo hace debe comprobar si es viable su continuidad (sobre todo desde el punto de vista ambiental) y de serlo sacarla a concurso o, en casos muy excepcionales, explotarla directamente.