El paro retrocedió en 2018 en Asturias por sexto año consecutivo, situándose en el nivel más bajo desde 2009. Pero el tamaño de la lista de personas inscritas como demandantes de trabajo tiene aún un tamaño impactante: 72.804 al finalizar el mes de diciembre, seis mil menos que toda la población de Avilés. El impulso que recibió el empleo, más tibio que en los años precedentes, vino principalmente de la construcción, los servicios sociales, la sanidad y la hostelería. Como también sugieren los datos sobre el conjunto de España, la recuperación del mercado laboral asturiano se apoya sobre actividades pegadas al consumo y a la demanda interna, con la industria en un segundo plano.

La evolución de las afiliaciones a la Seguridad Social informa del pulso que tiene esa recuperación en Asturias. El número de cotizantes crece desde 2014, si bien lo hace con menos ímpetu que en el resto del país. Esa divergencia volvió a manifestarse el pasado año, cuando la región ganó una media cercana a los 4.000 afiliados (hasta superar los 362.000), el 1,1% en términos relativos. Esa tasa es nítidamente inferior a la nacional (3,1%) y menor también que la conseguida por Asturias en los tres años anteriores. Es el reflejo estadístico de que el despegue del empleo pierde intensidad. La Federación Asturiana de Empresarios (FADE) incidió en ello ayer: "2018 ha sido positivo para el empleo, pero la creación de empleo se ralentiza y corremos el riesgo de que la etapa expansiva se acabe sin habernos recuperado de la recesión anterior", comentó Marta Álvarez, responsable del servicio de estudios de la patronal.

Los sectores. Detrás del descenso del paro (-4,89% en el año, frente al -6,17% de la media española), están sobre todo actividades intensivas en mano de obra y a menudo caracterizadas por altas tasas de temporalidad y de trabajo a tiempo parcial. Son los casos de la construcción, que acabó el año con 1.200 cotizantes más que en 2017, y del epígrafe que comprende la sanidad y los servicios sociales (ayuda a domicilio, residencias de la tercera edad...), también con un millar de trabajadores más. Ya son casi 35.000 los asturianos asalariados en esas actividades (públicas y privadas), cuyo desarrollo está pegado al envejecimiento demográfico. La hostelería ganó una media de 650 trabajadores, números superiores a los de la industria (300 afiliados más) y a los que presentan los negocios terciarios considerados de alto valor añadido (entre ellos, las llamadas actividades profesionales y científicas, con 400 asalariados más).

Los contratos. "La precariedad laboral ha seguido siendo la tónica dominante del mercado laboral asturiano; es preciso eliminar los efectos más nocivos de la reforma laboral del PP", dijo Mar Celemín, de la dirección de UGT en Asturias. Los sindicatos pusieron el foco sobre las condiciones de trabajo. "Sólo el 5% de los contratos fueron indefinidos y a tiempo completo", remarcó Úrsula Szalata, de CC OO. El balance de la contratación muestra, no obstante, un intenso avance de los contratos estables: 32.690 en Asturias, el 22,46% más que un año antes. Es un resultado en parte inducido por las campañas que desplegó al Inspección de Trabajo para combatir los abusos con la contratación temporal.

El mapa. La mejora del mercado laboral se repartió así por Asturias: el paro bajó en 67 concejos, permaneció estable en cinco y subió en seis. El descenso del desempleo alcanzó a todos los grandes municipios: Oviedo (-6,7%, de media anual), Gijón (-6,3%), Avilés (-7%), Siero (-7,2%), Langreo (-8%) y Mieres (6,1%). Y los peores balances fueron para Pravia, Belmonte de Miranda, Caravia, Coaña, Proaza y Las Regueras, los únicos lugares de la región donde, según la apariencia estadística, la recuperación del empleo pasó de largo en 2018.