Asturias volvió a perder empleo autónomo en 2018, principalmente por los cierres que se siguen registrando en las tres actividades donde el trabajo por cuenta propia tiene mayor peso: el comercio, la hostelería y el campo. Las dificultades singulares de algunos de esos sectores y a menudo también la ausencia de relevo generacional para la continuidad de los negocios explica tal declive. Alternativamente, están ganando protagonismo los autónomos que montan o participan en despachos profesionales (consultoras, asesorías jurídicas, arquitectos...) y otros especializados en prestar servicios a las empresas.

Esa información se infiere de un informe elaborado por la delegación asturiana de la Confederación Española de Autónomos (CEAT-Asturias), organización vinculada en la región a la patronal FADE y pilotada por Ignacio García. "Perdemos autónomos al igual que lo hacen otras regiones que, como Asturias, tienen altos niveles de envejecimiento", apunta García. El número de afiliados al régimen especial autónomo de la Seguridad Social, que comprende también a los empresarios propietarios de sociedades mercantiles, bajó en la región en 407 personas el pasado año (-0,5%). Galicia (-0,8%) y Castilla y León (-1%) tuvieron caídas más intensas en términos relativos. Aragón, también con una población envejecida, fue la cuarta comunidad con resultado negativo (-0,3%).

Lo declinante. Varios de esos territorios, Asturias incluida, comparten otro rasgo: tener una alta proporción de autónomos dedicados a las tareas del campo. La reconversión permanente de la ganadería asturiana y el cierre de explotaciones dejan rastro cada año en la lista de cotizantes autónomos: quedan unos 9.000 en el agro regional, tras la pérdida de 264 en 2018.

Conforme al análisis de Ignacio García, la falta de relevo generacional está detrás de parte de los cierres en el comercio y en la hostelería. El primero de esos sectores perdió casi 500 autónomos en un año y el segundo, 228. "Muchos propietarios de negocios llegan a la jubilación y no aparecen otros nuevos en número suficiente para compensar los cierres", expone el responsable de CEAT-Asturias. La competencia de los grandes formatos de distribución y la revolución en los hábitos de consumo por las nuevas tecnologías también pueden explicar parcialmente la merma de autónomos comerciales.

Lo emergente. Los negocios con mayores crecimientos de autoempleo son los agrupados en el epígrafe de "actividades profesionales y científicas" (211 autónomos más en 2018) y en el de "actividades administrativas y servicios" (127 más). En el primer grupo figuran abogados, asesores económicos, despachos de ingeniería y arquitectura, negocios de diseño, I+D, publicidad... El segundo grupo comprende negocios de seguridad, alquiler, limpieza o agencias de viajes. Su despegue está ligado a factores como la tendencia de las empresas a contratar fuera (externalizar) servicios que antaño se hacían con las plantillas propias.