La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los concesionarios auguran que las ayudas al coche eléctrico serán "escasas"

Los vendedores asturianos creen que dejar el reparto en manos de las regiones "puede ser un lío"

La ayuda para la compra de vehículos eléctricos se quedará corta antes de arrancar. La advertencia la lanzó ayer el vicepresidente de la asociación asturiana de concesionarios y talleres de coches (Aspa), Jesús Jardón, que explicó que el Gobierno deja la gestión de estas subvenciones en mano de las comunidades, lo que, advirtió, "puede suponer un lío tremendo".

El Consejo de Ministros dio luz verde la pasada semana a este plan de ayudas, bautizado como Moves y que cuenta con un presupuesto de 45 millones. Sin embargo, todo ese dinero no irá para cambiar de coche, ya que una parte importante se destinará a apoyar la implantación de las infraestructuras privadas y empresariales de recargas para este tipo de coches.

"La ayuda no va sólo para la compra de coches, también se recoge que las subvenciones pueden destinarse a furgonetas o camiones eléctricos", señala Jardón. Con lo que, al final, haciendo cuentas, la patronal estima que el dinero dará como mucho para matricular unos 9.000 vehículos en todo el país. Una cifra que juzgan escasa para tratar de cambiar el signo del mercado automovilístico nacional y dar el salto desde las energías de combustión a las eléctricas.

Pero lo más inmediato es que las comunidades autónomas tendrán, a través de una mesa de negociación, que ponerse de acuerdo para saber cómo se hace el reparto de esos 45 millones. Es decir, qué parte del pastel le toca a cada una. La norma da manga ancha a las regiones para que luego, aguas abajo, hagan el reparto del dinero como mejor les convenga entre los compradores, con lo que, advierte Jardón, "puede llegar a darse una disparidad de criterios". La subvención será, como mucho, de 5.500 euros y variará en función de la autonomía del vehículo.

Pese a todo, la patronal Aspa asegura que el hecho de que se pongan en marcha este tipo de ayudas es "algo positivo para ayudar a que la movilidad eléctrica crezca". Aunque todo indica a que tardarán en llegar a los consumidores.

Las ayudas se ponen en marcha en un momento en el que las ventas de los concesionarios están derrapando. "Enero fue un mes muy malo, con una caída del 11%, aunque febrero está siendo algo mejor", destacó Jardón. Desde su punto de vista el principal problema es que los consumidores han cogido miedo a comprar diésel. "Su imagen ha quedado muy dañada y eso que ya hay algunos de estos motores que tienen la etiqueta de 'eco' lo que les permite moverse con total libertad. Pero la gente sigue pensando que no pueden entrar con ellos en Madrid", señala.

Compartir el artículo

stats