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El ajuste ahonda la brecha entre los gobiernos regional y central por la transición energética

El Principado discrepa de la ministra Ribera al asegurar que el coste de la electricidad es "relevante" en la decisión adoptada por Arcelor

Isaac Pola y Guillermo Martínez, ayer, en la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno. EFE

Las diferencias entre el Gobierno regional y el central por la transición energética tienden a agudizarse en vez de estrecharse. El Ejecutivo del Principado desmintió ayer a la ministra para Transición Energética, Teresa Ribera, quien aseguró que los recortes de producción en Arcelor-Mittal se debían a una reestructuración del negocio de la multinacional y no al coste de la energía, que en España es similar al del resto de países de la Unión Europea. "No estamos de acuerdo", indicó rotundo el consejero y portavoz del Gobierno asturiano, Guillermo Martínez, que incidió en la necesidad "urgente" de que la industria española, sobre todo la electrointensiva, disponga de un marco "estable y predecible" de los precios de la energía.

Guillermo Martínez compareció tras el Consejo de Gobierno junto al consejero de Empleo, Industria y Turismo, Isaac Pola, y ambos incidieron en que el Principado mantiene su exigencia de que se agilice la aprobación del Estatuto de la industria electrointensiva -al que el Ejecutivo regional presentó alegaciones- porque "el futuro de Asturias pasa por asegurar su corazón industrial".

El consejero portavoz incidió en que la "necesaria" transición energética se debe realizar "de forma progresiva" de manera que "no deje atrás a nadie, ni a la industria, ni a determinados territorios, ni a los trabajadores".

Isaac Pola sostuvo que el precio de la energía "no es el único argumento" que ha incidido en la decisión de Arcelor-Mittal de recortar la producción en Asturias, "pero el coste energético es un aspecto relevante para la industria básica y en especial para la electrointensiva".

El consejero de Industria remarcó que el Principado está en contacto permanente con la cúpula de Arcelor-Mittal y espera que la medida de recorte de producción sea "coyuntural y no permanente", a la vez que remarcó que la multinacional mantiene las inversiones previstas de 300 millones de euros (100 este año) en las fábricas de Avilés y Gijón, lo que demuestra "su apuesta por las plantas asturianas".

El consejero de Industria expuso los motivos explicados por la compañía para el ajuste de producción: además del coste energético, están el precio de emisiones de CO2, sometido a "maniobras especulativas" que han provocado que se disparara un 230 por ciento en 2018 y hasta abril de 2019 respecto de 2017; el coste de las materias primas, en concreto del mineral de hierro, los pellets de hierro y el carbón coquerizado; el incremento de las importaciones de productos planos de países extracomunitarios, especialmente de Turquía y Rusia, para lo que se mantiene la exigencia de reforzar los aranceles medioambientales para proteger la producción industrial europea, y los precios de venta a la baja por la caída de la demanda, como ocurre por ejemplo en el sector de la automoción.

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