Una fuerte tormenta económica amenaza de muerte al tren de alambrón que ArcelorMittal tiene en Veriña, en Gijón. La multinacional tiró ayer de datos de la cartera de pedidos -extremadamente baja-, de precios de la materia prima -que han subido- y de producción para justificar ante los sindicatos su decisión de suprimir uno de los turnos de trabajo del taller, una de las piezas del engranaje de los llamados productos largos que la multinacional siderúrgica fabrica en Asturias. El objetivo, señalaron en el encuentro directivos de Arcelor, es el de salvar esta instalación que durante las últimas semanas ha visto como su cartera de pedidos caía con intensidad y cómo era imposible dar salida al producto que se iba acumulando en el almacén. La medida, que afectará a 23 trabajadores, obligará a que el tren de alambrón deje de producir los lunes por la tarde y los martes por la mañana, según apuntaron fuentes sindicales.

La compañía abrió un periodo de negociación con los sindicatos para acordar este ajuste. Se han dado de plazo quince días para tratar de cerrar un pacto en el que debería incluirse la recolocación de los 23 empleados en otros talleres. En caso de que no se consiga, Arcelor dijo que lo haría en solitario. Eso sí prometió que este ajuste será temporal y una vez que la cartera de pedidos de alambrón se recupere el cuadro de turnos de trabajo volverá también a la normalidad.

El problema es grave, sobre todo por el lado de los precios. El del mineral está alto y el del alambrón bajo. Tal es el problema que Arcelor aseguró que ahora mismo le sale más barato comprar la palanquilla -el producto que sale de la acería para ser transformado en el taller- que producirlo en Gijón.