La situación económica de la multinacional metalúrgica alemana Thyssenkrupp sigue deteriorándose (las pérdidas netas en el ejercicio fiscal 2018-2019, culminado en septiembre, alcanzaron los 304 millones, según se supo ayer, casi cinco veces más que los 62 millones del año anterior) y esto podría determinar que la compañía pudiera acabar inclinándose por la posición más exigente de quienes desde el accionariado reclaman la venta total o mayoritaria de la división más rentable y valiosa (la de elevación, presente en Mieres y Gijón) en detrimento de quienes, como los sindicatos y la Fundación Krupp (mayor propietario de la empresa), prefieren el plan primigenio, consistente en una colocación parcial de acciones en Bolsa para generar recursos pero sin pérdida de control sobre el área de negocio de los ascensores, las escaleras mecánicas, los pasillos rodantes y las pasarelas aeroportuarias, considerada como "la joya" del imperio.

Aunque la prioridad sigue siendo la colocación parcial en Bolsa, la compañía admitió ayer que se "trabaja en todas las opciones", y más desde que se ha conocido que hay seis ofertas (por ahora, no vinculantes) de diez grupos internacionales por el área de elevadores. La decisión, que cada día es más apremiante, se tomará el próximo trimestre, dijo el grupo.

La acción de Thyssenkrupp, que el pasado octubre fue expulsada del Dax (el índice selectivo de la Bolsa alemana) por su baja cotización, fue castigada ayer con un desplome del 13,62% tras difundirse los resultados, la propuesta de suspensión del dividendo que se llevará a la junta general y el anuncio de que habrá más ajustes de plantilla que los anunciados en mayo (incluidos los servicios centrales en Essen, para los que se anuncia una reducción drástica), que no se cumplirán los objetivos planteados en agosto para el bienio 2020-2021 y que todas las áreas de negocio serán revisadas y en su caso reestructuradas: "La marcha de muchos de nuestros negocios no es satisfactoria y no quedará piedra sin tocar", dijo ayer la nueva consejera delegada, Martina Merz.

El resultado operativo disminuyó de 1.400 millones a 802 millones, debido sobre todo al mal comportamiento del acero y a la caída en las ventas de componentes de automóviles.

Martina Merz, que llegó al cargo el 1 de octubre, dijo que se arrastra mucha demora en las reformas necesarias y que ahora se harán "rápida y sistemáticamente".