El 36,3% de los empresarios asturianos consideran que la regulación económica tuvo una repercusión desfavorable en la evolución de sus negocios durante el pasado año. Es la tasa más alta registrada entre las regiones de España, según destaca el Indicador de Confianza Empresarial (ICE) que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE). El 62,15% de los empresarios del Principado consideran que la regulación no provocó variaciones en sus negocios y sólo el 1,6% señala que fue favorable.

La influencia desfavorable de la regulación económica sólo es superada, a juicio de los empresarios asturianos, por el entorno macroeconómico (el 38,2% lo mencionan) en un año en el que se agudizó la desaceleración en la UE, se recrudecieron las guerras comerciales y aumentó la incertidumbre por el "Brexit". Por debajo del entorno macroeconómico y la regulación económica se sitúan otros factores como la fiscalidad (28,7%), la morosidad (26,3%) o la eficiencia del mercado de trabajo (19,1%). El año anterior, la fiscalidad y la regulación económica (mencionadas ambas por el 31,1% de los empresarios) habían ocupado los primeros puestos.

Por el contrario, la demanda de sus productos, con un 12,7%, es el factor con mayor impacto favorable en 2019 según las empresas asturianas, seguido de la disponibilidad de financiación, en el 8% de los casos.

Para el conjunto del país, los datos del INE reflejan que el entorno macroeconómico fue el componente con un mayor impacto desfavorable en la evolución de los negocios en 2019, según el 30,8 % de las 8.000 empresas encuestadas. Las compañías españolas también destacaron como elementos desfavorables la regulación económica (27,5 %) y la fiscalidad (24,3 %). En 2018, el primer puesto lo había ocupado la fiscalidad (25,3 %), seguido del entorno macroeconómico (24 %).

Factores favorables

Por el contrario, los componentes más favorables en 2019 a juicio de los empresarios españoles fueron la demanda de sus productos (13,8%), la disponibilidad de financiación (9,9%) y la adecuación del capital humano (9,2%), cuando un año antes eran la demanda de sus productos (16,4 %), la disponibilidad de financiación (11,3 %) y el entorno macroeconómico (10,6%).

Por sectores de actividad, industria, construcción, comercio y transporte y hostelería apuntaron al entorno macroeconómico como el componente más desfavorable para sus negocios, mientras que el resto de servicios se decantaron por la regulación económica.

Asimismo, el entorno macroeconómico fue el elemento más desfavorable para todos los grupos de empresas en función del número de trabajadores salvo para las de menos de diez, que apuntaron a la fiscalidad (32,8 %).