Caixa Bank obtuvo en el primer trimestre un beneficio atribuido de 90 millones de euros, el 83,2% menos respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, tras realizar una provisión extraordinaria de 400 millones por la afectación que podría tener el COVID-19 en los resultados futuros de la entidad. Como consecuencia de los impactos de la pandemia, el banco presidido por Jordi Gual ha dejado sin efecto los objetivos financieros previstos para 2021, aunque la entidad no prevé entrar en pérdidas por la crisis. También se han realizado provisiones de 109 millones asociadas a prejubilaciones incentivadas acordadas a finales de febrero para 229 empleados y que generará ahorros adicionales a partir del segundo trimestre del año.