El parón económico de estos últimos dos meses provocará una contracción "muy severa" del PIB, de entre el 9,5% y el 12,4% este año, con una recuperación en 2021 que será insuficiente para alcanzar el nivel previo al estado de alarma del 14 de marzo que obligó a cerrar sus puertas a los negocios no esenciales. Así lo advirtió ayer el Banco de España, que empeoró sus previsiones sobre la economía nacional y que prevé que el año que viene la actividad solo crezca entre un 6,1% y un 8,5%. Recuperar todo el terreno perdido estas semanas de confinamiento costará años.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, pintó el horizonte negro durante una comparecencia en la Comisión de Asuntos Económicos del Congreso de los Diputados y advirtió que la recuperación "no estará exenta de dificultades, sin que se puedan descartar escenarios más desfavorables que los considerados actualmente". Y avisó de que el "shock" será de mayor intensidad cuanto más dilatado sea el periodo en el que se necesiten mantener las restricciones de actividad, lo que incrementará el riesgo de que los problemas de liquidez de "muchas" empresas den paso a situaciones de insolvencia.

Es más, el organismo supervisor estima que el contagio económico del coronavirus será mayor en España que en otros países. ¿Por qué? De Cos apuntó que eso se debe al mayor peso de los sectores afectados por la crisis, que en el conjunto del país representan alrededor del 25% del PIB, como son turismo, hostelería, transporte y comercio minorista; al reducido tamaño empresarial, con un 90% de empresas con menos de diez trabajadores, y a la excesiva temporalidad que hay en el mercado laboral nacional.

La cura económica será muy costosa y llevará "varias legislaturas" cerrar todas las heridas que la pandemia del coronavirus ha abierto en la actividad nacional. En su comparecencia, De Cos advirtió a los diputados que será necesaria una estrategia a largo plazo, ya que el ajuste puede extenderse durante bastante tiempo, para corregir el agujero presupuestario que esta crisis pueda provocar y así evitar que la deuda se acabe convirtiendo en una "carga excesiva para las generaciones actuales o las futuras". Por eso, Hernández de Cos exigió un pacto político "acorde la magnitud del reto" que el país tiene por delante.

De hecho, señaló que los escenarios macroeconómicos permiten estimar que el coste presupuestario de la crisis será "muy alto" por el efecto de las medidas paliativas adoptadas, que, de forma irremediable, van a conducir al país a registrar un déficit público "muy elevado" este año, lo que acabará traduciéndose, lógicamente, en un elevado endeudamiento del conjunto de las administraciones públicas. Para dar cuenta del tamaño del boquete, el gobernador del Banco de España tiró de cifras. En el escenario de caída del PIB más moderada, la ratio de deuda pública sobre el PIB se elevaría hasta alrededor del 115%, cifra similar a la proyectada por el Gobierno español, la Comisión Europea, el FMI y la AIReF. Pero en el adverso, la deuda pública superaría incluso el 120% del PIB. No obstante, con la recuperación económica que el organismo proyecta para 2021, la ratio se estabilizaría en torno a los niveles de 2020 o se reduciría "ligeramente".

El ritmo de vuelta a la normalidad diferirá entre los distintos sectores productivos y empresas, por lo que la respuesta de la política fiscal también "deberá adecuarse a esta realidad", advirtió De Cos, con el doble objetivo de preservar el tejido productivo más afectado por la crisis y de contener el impacto de estas actuaciones sobre las finanzas públicas. Todo un ejercicio de equilibrismo.

Pese a las previsiones de deuda y déficit, el gobernador del Banco de España asegura que volver a una tendencia de reducción del endeudamiento "no es en absoluto imposible" si se acomete una revisión "exhaustiva y rigurosa" de los distintos capítulos presupuestarios de gasto para identificar las áreas en las que existe margen para una mejora de eficiencia.