Belarmino Feito presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), expresó ayer, en la última jornada de la cumbre empresarial organizada por la patronal española CEOE, la inquietud y preocupación existente en Asturias por la indefensión del sector siderúrgico ante el "grave error" de la UE al no aplicar una política más restrictiva para frenar la importación de aceros procedentes de países que compiten, mediante una "guerra comercial", con precios inferiores por sus menores exigencias ambientales. La misma inquietud se extiende también a la elevada vulnerabilidad de la gran industria hiperelectrointensiva de la región si no se aprueba definitivamente el estatuto que alivie sus costes energéticos y previno del daño que depararía a la economía asturiana, por su alta exposición a la energía termoeléctrica, una transición hacia un modelo descarbonizado raudo y sin compensaciones ni alternativas para las zonas afectadas, "mientras que, si se enfoca correctamente", el proceso hacia la industria verde, podrá ser", afirmó, "una palanca de crecimiento".
Para el presidente de los empresarios asturianos la estructura industrial (más del 20% del PIB de la comunidad) es "un pilar fundamental" y no garantizar su supervivencia supondría no solo un impacto a las regiones industriales sino a los intereses generales: "Parece que no hemos aprendido de la pandemia", cuando países como España "han tenido que comprar hasta mascarillas en países asiáticos" porque no las fabricaban. "Estamos renunciando a nuestra capacidad de producción para dejarla en manos de productores lejanos que no cumplen las normas ambientales", señaló. Y apostilló: "Una acería no se improvisa ni se construye de la noche a la mañana".
Feito denunció que los "costes energéticos y ambientales nos sitúan en desventaja frente a otros competidores, y no sólo los de países lejanos" y mostró su preocupación y queja porque "la última versión conocida del estatuto de las industrias electrointensivas no garantiza ni de lejos los costes directos ni prevé compensaciones por los indirectos".
"La industria", expresó, "no es una prioridad del Gobierno de España" y sustentó esta apreciación, a modo de ejemplo, en el borrador del nuevo programa Reindus, que "era muy eficaz" y ahora, señaló, no lo será.
Feito demandó que la pandemia no aplace de nuevo la llegada del AVE y expresó su confianza en que otros sectores productivos de la región puedan ser pilares del futuro: una oferta turística de calidad, una industria agroalimentaria fundamentada en esa misma exigencia y la "fuerte implantación en Asturias" de empresas del sector de las tecnologías de la información y comunicación, que "deben acompañar al sector empresarial en la transición digital".
El dirigente de FADE hizo suyas las peticiones de otros presidentes empresariales autonómicos y solicitó la prórroga de los ERTES y de las medidas de liquidez a las empresas, y el apoyo a la formación profesional, y demandó "seguridad jurídica, estabilidad política, flexibilidad laboral, consenso y diálogo social".
El rey, Felipe VI, que clausuró la cumbre, hizo un llamamiento a la unidad porque "juntos siempre llegaremos más lejos y en mejores condiciones". Planteó el diálogo social como "herramienta necesaria", llamó a "modernizar la economía" y propuso como objetivos "la exportación, la inversión extranjera; la innovación, desarrollo e investigación, y el capital humano con la formación".
Antonio Garamendi, presidente de CEOE, anunció la creación de una oficina para colaborar con el Gobierno en la captación de proyectos susceptibles de ser financiados por el futuro fondo de reconstrucción europea.
