"Había que abordar el problema que teníamos, porque con ellos llovía sobre mojado. Habíamos perdido la confianza". De esta forma justificó ayer la presidenta no ejecutiva de Duro Felguera, Rosa Aza, el despido fulminante esta semana de Javier García Laza, adjunto al consejero delegado de la ingeniería, y de Alfonso Gordon, el director de recursos humanos. La confianza se había quebrado hacía tiempo pero hubo un hecho que lo desencadenó todo. Hace unos días, explicó Aza, y tras tener varias sospechas sobre el comportamiento de estos dos directivos Duro encargó un análisis forense (conocido como "forensic") a la consultora KPMG con el que pretendía ver si el comportamiento del equipo directivo estaba siendo ético y la reacción de Laza y Gordon les sorprendió enormemente. "El nerviosismo que vimos en ellos fue el que precipitó la decisión", aseguró Aza. No obstante, aclaró que la salida de ambos llevaba ya un tiempo cociéndose.

Aza aseguró que estaban "con la mosca detrás de la oreja". "Había repetidas fugas de información que luego venían acompañadas de movimientos extraños en la Bolsa", relató. Todo eso provocó incluso alguna que otra llamada de la Comisión Nacional del Mercado de Valores "para preguntar qué estaba pasando". Eso fue lo que precipitó que Duro encargara el análisis forense. No era el primero, reconoció. En ese tipo de estudios -que, lógicamente, se hacen por sorpresa- se suelen requisar los móviles y los ordenadores de los directivos. Fue en el momento en el que les pidieron los móviles de trabajo a Laza y Gordon, cuando comenzó el nerviosismo de ambos, según Aza. "Fue algo que no vi en el resto de directivos", señaló.

La presidenta negó que los despidos se desencadenaran por las discrepancias de Laza y Gordon con la gestión. Los dos figuraban entre los cinco altos cargos de la ingeniería que el lunes habían enviado una carta al consejo de la compañía mostrándose muy críticos con la gestión del consejero delegado, José María Orihuela. Con respecto a los otros tres firmantes, no se ha tomado ninguna medida. "Hablamos con ellos y están en su derecho de manifestar su disconformidad", señaló Aza.

En el caso de Laza también había un motivo más para su despido. Según Aza la medida entra dentro del plan de la compañía para recortar masa salarial dentro del equipo directivo. "El suyo era el segundo sueldo más alto de la compañía", resaltó Aza. La presidenta no ejecutiva de Duro también cargó contra las críticas del comité de empresa. "Que apoyen a una parte del equipo directivo, mientras critican al consejero delegado es un poco raro", señaló.

Duro Felguera tiene previsto acogerse al fondo de rescate del Gobierno vinculado al covid, lo que supondría la entrada de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Rosa Aza defendió que la compañía cumple con todos los requisitos. Por ejemplo, sostuvo que antes de la pandemia ya no era una empresa en crisis por los resultados del año pasado. "El Instituto de Crédito Oficial (ICO) ya nos analizó y nos dijo que no estábamos en crisis. También somos una compañía estratégica, estamos entre las que no tuvieron que parar durante las dos semanas de la pandemia en la que toda la industria paró, y una de nuestras filiales (Epicom) trabaja para el Ministerio de Defensa. Y por nuestro arrastre podría considerarse que somos sistémica para Asturias", defendió.