La crisis asociada al coronavirus ha minado severamente la confianza en el futuro a corto y medio plazo de la economía asturiana, como corrobora una encuesta realizada por el Colegio de Economistas de Asturias entre sus asociados. Dos tercios de ellos opinan que el desempleo "aumentará mucho" en los próximos doce meses y una amplia mayoría también considera improbable que se produzca una recuperación rauda de la actividad. La presión fiscal, el precio de la energía y las comunicaciones son señalados además como los principales factores que socavan la competitividad de la región y con ello su capacidad de despegue.

El trabajo demoscópico del colegio que preside Miguel de la Fuente parte de una encuesta en la que han participado 232 economistas y ha sido coordinado por Santiago Álvarez, profesor de la Facultad de Economía y Empresa. La última edición del "Económetro de Asturias", denominación que recibe el estudio, presenta resultados como los que se explican en los siguientes puntos.

El índice de confianza elaborado a partir de las respuestas de la encuesta refleja el rotundo impacto de la pandemia en las expectativas de los economistas: en una escala que va de -100 a 100, el valor es este año de -43,79, frente al -6,7 de 2019. "Las expectativas son especialmente negativas en lo que se refiere a la generación de empleo en Asturias y a su situación económica general, y en menor medida en lo que respecta a la situación de los hogares", precisa el informe presentado ayer por Miguel de la Fuente y Santiago Álvarez.

Las percepciones sobre la evolución del desempleo, ya negativas el pasado año, registran un hondo deterioro. Nueve de cada diez economistas dan por seguro que el desempleo aumentará en los próximos doce meses y dos tercios de ellos consideran que tal aumento será muy importante.

La encuesta arroja una nota positiva: la mayoría de los profesionales (55%) cree que el impacto de la crisis será menor en Asturias que en el conjunto de España por la estructura productiva de la región, en concreto por el menor peso relativo del sector turístico, principal damnificado por la pandemia. El pesimismo vuelve al responder sobre la recuperación: el 72% de los encuestados descarta o ve improbable una crisis corta seguida de una recuperación vigorosa a corto plazo.

Ante la pregunta sobre los factores que influyen negativamente en la competitividad de la economía asturiana, los problemas que son señalados con mayor frecuencia en primer lugar son los siguientes: la presión fiscal (21,1%), el precio de la energía (18,5%) y las comunicaciones (16,4%). La fiscalidad sube desde la tercera a la primera posición respecto a los resultados del "Económetro" de 2019.

La gran mayoría de los economistas consultados considera "poco adecuadas" o "muy poco adecuadas" las políticas económicas desplegadas por la Administración (ERTE, auxilio financiero a las empresas, moratorias fiscales...) para contener la destrucción de tejido empresarial a raíz de la suspensión de actividades decretada para luchar contra el coronavirus. Tales políticas reciben la aprobación del 19% de quienes respondieron a la encuesta.