Los comités laborales de ArcelorMittal de Gijón, Avilés y Aboño juzgaron como "buena noticia" el "arranque del horno alto" porque, a su juicio, "supone una mejora significativa de la actividad industrial".

El consejero de Industria del Principado, Enrique Fernández, la consideró también como "una buena noticia esperada", aunque "la más esperada", dijo, "es que la actividad industrial vaya recuperando en general el pulso y saliendo de esta situación de crisis económica inducida por la sanitaria". Según Fernández, hay "muchas inversiones pendientes en torno a Arcelor: tienen que empezar a funcionar las baterías, hay un proyecto de futuro muy esperanzador que plantea EDP para el uso de gases siderúrgicos y hay gran confianza en la capacidad de investigación de Arcelor para desarrollar un proceso siderúrgico neutro en emisiones de carbono".

Belarmino Feito, presidente de la patronal asturiana (Fade), expresó que la reanudación de la producción del horno alto A, "aunque sea de forma temporal, es una buena noticia" y "una oportunidad para solventar los problemas estructurales y coyunturales, que tiene la siderurgia, y Arcelor en particular, y de esta forma demostrar que la planta asturiana es competitiva". Pero "si no se da respuesta definitiva a dichos desafíos, eliminando las barreras competitivas que actualmente tiene la multinacional siderúrgica en Asturias, corremos el riesgo", dijo, "de que el próximo paro sea definitivo".