A Francisco Cuería la crisis le empujó a emprender. Ahora tiene una quesería llamada La Corte donde fabrica queso casín a orillas del embalse de Tanes (en Caso). Víctor Pérez, por su parte, vio una oportunidad de negocio mientras trabajaba para una oficina de arquitectura en Londres (Reino Unido) y decidió crear una empresa de espacios de trabajo compartido (lo que en inglés se conoce como “coworking”) en el medio rural, usando contenedores de barcos reciclados. La bautizó como Cowtainers.

Son, a primera vista, dos ideas de negocio bastante alejadas entre sí. Sin embargo, tienen paralelismos. Coinciden, en que ambos, Cuería y Pérez, se lanzaron a emprender en el entorno rural. El primero en Caso y el segundo en Ribera de Arriba. Y los dos forman parte de las ocho iniciativas seleccionadas por la compañía eléctrica EDP, dentro de su programa Entama, que tiene por objetivo respaldar proyectos de emprendedores surgidos en los concejos en los que tienen centrales de generación eléctrica. La compañía repartirá 85.000 euros entre esta nueva hornada de emprendedores rurales.

El consejero delegado de EDP en España, Rui Teixeira, aseguró que el objetivo es que estos proyectos tomen impulso. Mientras que el consejero de Industria, Enrique Fernández, señaló que “quizás en Asturias la empresa pública había coartado el espíritu emprendedor”. Los otros proyectos que recibirán la ayuda serán: Llunar, marca de ropa sostenible de Natalia Castro en Carreño; Tren a Brañagallones, un tren turístico impulsado por un tractor, ideado por Rafael Fernández en Caso; Las Telas de Mamá, negocio de Natalia Rodríguez en Sobrescobio; una tienda bar en Rioseco fundada por Olga Gallego; un proyecto de “cohousing” para fomentar el emprendimiento rural ideado por Daniel Suárez en Somiedo, y Renastur Celtibérica, una iniciativa de Miguel Couto para la extraer, transformar y comercializar savia de abedul para alimentición.