ArcelorMittal ha decidido darle un impulso a la producción de su acería eléctrica de Sestao (Vizcaya), después de tenerla durante bastante tiempo en el dique seco. Parada o al ralentí para someterla un reciclaje para intentar hacerla más eficiente. El objetivo de la multinacional siderúrgica ahora es conseguir que esta instalación llegue a producir cerca de 800.000 toneladas durante este año, con lo que estaría muy cerca del máximo de su capacidad que está en el millón de toneladas. Esto implicará también la contratación de nuevo personal para tratar de atender la nueva carga de trabajo. Se incorporarán unos 60 eventuales en solo unos días, a comienzos del mes de marzo.
Tras cinco meses de parón debido a la crisis del coronavirus, la planta vasca volvió a la actividad en septiembre del año pasado y desde entonces ha ido pisando el acelerador en su producción. La acería de Sestao cuenta con un tren de laminación en activo y dos hornos eléctricos.
Fuentes sindicales señalaron que esta nueva vida de la instalación vasca está propiciada porque ahora el precio de la electricidad en España es más competitivo que hace unos años, aunque los diferenciales con otros países competidores como Francia o Alemania continúan siendo muy elevados. También, apuntan, ha tenido mucho que ver las ayudas del Gobierno vasco, que también ha arrimado el hombro para evitar el cierre de esta instalación.
En Asturias, la multinacional completó hace unos días la obra de la segunda fase de las baterías de coque de Veriña (Gijón). Un equipamiento clave para alimentar a los dos hornos altos que la siderúrgica tiene en la región. Además, la multinacional arrancó este fin de semana el tren de carril después de varios días parados debido a un incendio. Los talleres asturianos de la siderúrgica están funcionando ahora mismo a plena capacidad.
