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Santiago Álvarez. | NURIA PANICERES

SANTIAGO ÁLVAREZ | Profesor de Hacienda Pública

“Si no aprovechamos los fondos europeos bien, la actividad industrial caerá más”

“Tenemos que generar sectores más productivos y de alto valor añadido, y que los tradicionales se transformen como hicieron nuestros astilleros”

Santiago Álvarez, profesor de Hacienda Pública, vicetesorero del Colegio de Economistas de Asturias y exvicerrector de Planificación Económica de la Universidad de Oviedo, señala que Asturias vivirá un mayor declive si no aprovechan bien los fondos europeo invirtiéndolos en actividades que puedan tirar de la economía, y emplaza a no cometer el error de aplicar esos recursos con criterios “cortoplacistas, localistas o personales”.

–¿Cómo percibe la situación económica?

–A causa de la pandemia y de las medidas de contención, la economía española atravesó en 2020 por la crisis más profunda desde la Guerra Civil (nunca tuvimos caídas del PIB del 10,8% en tiempo de paz) y la más pronunciada de las economías desarrolladas. Esto se debió a que las medidas de contención fueron más drásticas que en otros países, a que la desescalada en el verano_(que ahora sabemos que fue un error) obligó a adoptar medidas más duras posteriormente (lo que aún se ha seguido pagando en el primer trimestre de este año) y a que tenemos una economía muy dependiente del turismo y la hostelería, que fueron sectores muy afectados por la restricción de la movilidad. Además, junto con los ERTE_(que fue la medida más eficaz de las que se tomaron), no se aplicó un plan de ayudas directas a los sectores que tuvieron que cesar en su actividad hasta que el mes pasado se aprobó destinar a ese fin 11.000 millones. Esto lastró la recuperación y explica que aún tengamos más de 740.000 personas en ERTE.

–¿Y_Asturias?

 –En_Asturias la caída no fue de las mayores porque no dependemos tanto del turismo y de la hostelería como_Canarias, Baleares y_Andalucía. De los sectores más penalizados, el que más peso tiene en el PIB regional es el comercio, así como la actividad industrial por el parón de la demanda internacional. Cuando la pandemia empezó en China, hubo caídas en los suministros globales y también de la demanda, y esto afectó a empresas como_ArcelorMittal, que ahora se está recobrando por la recuperación de la actividad manufacturera.

–¿Cuál es ahora el mayor peligro?

–El mayor problema es que se prolongue la crisis y que esto lleve a mayor destrucción del tejido productivo, sobre todo de pequeñas empresas industriales. Si se posterga la recuperación y sigue habiendo medidas de confinamiento, los sectores afectados soportarán mayores costes con ingresos menores, y su capacidad de resistencia menguará._Si no llegamos a un nivel de vacunación importante que permita levantar las restricciones, la capacidad de volver a la normalidad será más reducida. Y cuando mayor sea la destrucción del tejido empresarial, la capacidad de reincorporar al trabajo a las 740.000 personas de los ERTE se aleja.

–El ahorro está en cifra récord.

 –Hay sectores que vieron disminuir sus ingresos y en los que aumentaron las necesidad y las dificultades, y otros, que no se vieron tan afectados, y que han podido aumentar el ahorro en 300.000 millones, lo que supone una demanda embalsada. La expectativa de que España pueda crecer este año el 6% descansa sobre este ahorro, que podría fluir hacia la demanda interna, y sobre los fondos europeos, pero esto está condicionado a que aguante el tejido empresarial, lo que depende de que no tarde en restablecerse la normalidad. Si no se hace pronto y perdemos otra campaña veraniega, 2021 pintará mal. Todo está supeditado a que se avance rápido en la vacunación. No podemos ir a otra desescalada para luego tener que endurecer las medidas en septiembre que vuelvan a llevar al estancamiento.

–¿Cuáles son los retos específicos de Asturias?

–La economía asturiana tiene problemas propios que arrastra desde hace tiempo. En las últimas décadas ha ido perdiendo posiciones en la economía española, con un declive industrial pronunciado desde las reconversiones porque no se compensaron con nuevas actividades que aportasen el mismo peso en el PIB que la industria y la minería. Asturias no supo o no pudo desarrollar una actividad alternativa que compensara el retroceso de los sectores tradicionales, y esto tiene efectos en el mercado del trabajo y en el envejecimiento de la población porque tampoco hemos sabido atraer emigrantes con la intensidad de otras regiones porque no hemos creado oportunidades.

–La transición energética, con un coste inmediato en Asturias, ¿debe ser una oportunidad?

–La dinámica asturiana se ha agravado con la transición energética porque penaliza los combustibles fósiles y las actividades tradicionales, que aún tienen un peso importante en la economía asturiana. Todo esto, en vez de despejar interrogantes, ha arrojado más dudas sobre la continuidad de la industria tradicional asturiana

–¿Ve los fondos europeos para la recuperación económica como una oportunidad que Asturias vaya a saber aprovechar?

–Aún no sabemos cuántos fondos van a venir y está pendiente de que se puedan paralizar por Alemania. Lo prioritario es invertirlos adecuadamente en sectores que puedan tirar de la economía. No debe repetirse la experiencia de los numerosos fondos estructurales europeos que vinieron para compensar el declive y que no sirvieron, al igual que ocurrió en otros países, para relanzar la economía e impulsar nuevas empresas tractoras que compensaran el declive de los sectores tradicionales, aunque se financiaron infraestructuras y mejoras urbanísticas.

–¿Cómo deben orientarse los nuevos fondos europeos, ligados por la UE fundamentalmente a la transición energética y digital?

–La transición energética es la política del Gobierno español y de la UE. Estamos abocados a ella porque, de lo contrario, las penalizaciones harían inviable la industria regional porque no sería competitiva. Si somos conscientes de que esto es así, deben servir para generar nuevas actividades y empleo sostenible, con alta productividad y en sectores de futuro. Hemos recibido un golpe importante con el fin de las térmicas y ahora tenemos que aprovechar los fondos para hacer una transición energética exitosa que nos permita desarrollar nuevos sectores, con más tecnología y alto valor añadido. Si no se aprovechan bien, veremos una mayor caída de la actividad industrial.

–¿Tienen una oportunidad los sectores tradicionales para incorporarse al proceso, como la siderurgia?

–Desde luego. No se trata de renunciar a los sectores que tenemos, sino adaptarlos al nuevo escenario. Asturias tiene ejemplos de transición exitosa como la que han protagonizado los astilleros. Los sectores tradicionales deben evolucionar a una menor dependencia energética y menos emisiones de CO2. Y al tiempo, debemos desarrollar nuevos sectores, entre ellos servicios con alto valor añadido.

–¿Hay capacidades humanas, empresariales y gestoras en la región para acometer la transformación?

–Creo que sí. Pero exige un gran acuerdo de todos los agentes (políticos, empresas, sindicatos y_Universidad) y un plan industrial. Y ser conscientes de que no se pueden invertir los fondos con intereses cortoplacistas, localistas o personales.

–Ha citado la productividad. ¿Es la principal vulnerabilidad asturiana?

–Sí. Las reconversiones industriales apostaron por la construcción y servicios con menor productividad. No podemos fiar el futuro sólo a esas actividades. Hay que apostar por la industria con tecnología y los servicios avanzados que permitan ganancias de productividad._Si no lo hacemos así, continuará el declive de nuestra aportación al_PIB nacional._Tenemos el mayor envejecimiento y las peores perspectivas demográficas de España. Y no solo no atraemos emigrantes sino que tampoco somos capaces de retener a nuestra gente formada porque no hemos sido capaces de generar una oferta de empleo adecuada a la formación de los jóvenes y con un nivel salarial apropiado a esa formación. En sectores poco productivos, los salarios y la duración de los contratos son menores. Si tienes productividad alta, puedes pagar salarios altos, pero la única forma de mantener un economía poco productiva es con salarios bajos.

–El envejecimiento ha llevado a una gran dependencia de la reta generada por las pensiones.

–Somos una región muy dependiente de las pensiones, lo que explica que tengamos una renta disponible muy superior a la producción que tenemos. Y por las reconversiones y la tradición industrial, tenemos una de las pensiones medias más elevadas de España y también un elevado porcentaje de pensionistas._Cuando los beneficiarios de estas pensiones vayan desapareciendo, se agudizará la situación económica porque caerá la demanda interna. La renta se acercará a los niveles de producción. Por esto es más urgente poner remedio al problema del empleo y al demográfico. Si no se hace, en quince años, el problema de Asturias será más profundo.

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