A pesar de los cierres masivos de centrales de carbón en Europa y Estados Unidos, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) subirán en 2021 un 4,8% y rozarán su pico de 2019 a causa del tirón del carbón en los grandes emergentes, como China e India, muy superior a la expansión de las renovables.

En un informe publicado ayer, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) destaca que el aumento del 4,5 % del consumo de carbón en 2021 representará un 60% más que la contribución adicional de todas las renovables juntas al alza de la demanda energética. Una demanda que subirá en conjunto un 4,6%, lo que compensará con creces el descenso del 4% de 2020 y procederá en un 70% de los países en desarrollo. Allí se sobrepasará en un 3,4% el volumen alcanzado en 2019, antes de que hiciera mella la covid, mientras que en el mundo desarrollado la recuperación de esa demanda no será total, al menos en 2021, y se quedará un 3% por debajo.

“Las emisiones globales de carbono crecerán 1.500 millones de toneladas este año impulsadas por el uso de carbón en el sector eléctrico. Es una advertencia terrible de que la recuperación económica de la crisis del covid es cualquier cosa menos sostenible para nuestro clima”, subrayó el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.

China supondrá, por sí sola, un 55 % del aumento del consumo de carbón en todo el mundo este año y aportará 500 millones de toneladas adicionales de CO2 (un 5,1 % más). Alcanza el 31,8 % del total de emisiones, seguida de Estados Unidos, que con un 13,5 % reduce un año más su cuota, como también lo hace, y de forma aún más acusada, la Unión Europea, hasta el 7,3 %.