Unicaja Banco, que en julio integró mediante una fusión por absorción a Liberbank, ha convocado hoy a la representación sindical de la entidad para negociar a partir del día 22 un procedimiento de despido colectivo, traslados y modificación sustancial de las condiciones de trabajo mediante un expediente de regulación de empleo (ERE).
La entidad no ha anticipado cifras pero, según algunas estimaciones sindicales y de analistas, podría suponer un recorte de 1.000 de los algo más de 9.662 empleos del grupo tras la fusión: 5.961 procedentes de Unicaja y 3.700 de Liberbank. Sin embargo, Barclays estimó en un informe el 31 de agosto que podría entrañar la supresión de 2.000 puestos de trabajo hasta 2023.
Los sindicatos reclaman diálogo, medidas no traumáticas, la preservación de las condiciones laborales y que las salidas se produzcan mediante adscripciones voluntarias.
A partir del día 22 se abrirá un proceso de quince días para intentar acercar posiciones antes de que comience el periodo oficial de negociación propiamente dicha del ERE.
Liberbank llevó a cabo antes de su absorción un plan de 750 prejubilaciones y Unicaja tiene otro en marcha para unos 500 trabajadores.
El pasado diciembre, cuando los consejos de administración de ambos bancos decidieron su fusión, responsables de las dos entidades anunciaron que, de los 540 millones en que se estimaban los costes de la fusión, 370 millones (el 31,5%) corresponderían a ajustes de capacidad (empleo, oficinas y estructura), y que las sinergias estimadas permitirían unos ahorros recurrentes de 159 millones, que, sumados a los 32 millones por el plan pendiente de Unicaja, arrojaría un total de 192 millones. Con posterioridad, la prejubilación de 750 trabajadores en excedencia ejecutada este verano por Liberbank permitirá un ahorro adicional de 20 millones este año y de 40 millones anuales a partir del próximo. El coste de la medida (120 millones) se absorberá con el fondo de comercio negativo (2.000 millones) aflorado por la fusión.
