El sector de la distribución sigue sufriendo los efectos del paro de transporte pese a los convoyes con escolta policial que están garantizando el suministro básico durante los últimos días. No obstante, la patronal niega que haya riesgo de desabastecimiento. Sin normalidad en el transporte de mercancías desde el lunes de la semana pasada, los supermercados ven agravado su problema con el aceite de girasol, que ya había comenzado con la invasión de Ucrania, y que achacan al cambio de los patrones de consumo entre sus clientes. Algunos distribuidores de la región están racionando la venta de aceite, poniendo límites como el que se ve en la imagen, para evitar que la gente haga acopio. El presidente de la Interprofesional del Aceite de Oliva, Pedro Barato, descartó ayer una posible escasez de aceite de oliva en España y garantizó que “las necesidades están cubiertas”. En los supermercados se nota la falta de frescos, especialmente frutas y hortalizas llegadas desde Huelva, Murcia o Almería, o de las carnes de pollo o de cerdo. La falta de harina también ha hecho sonar las alarmas entre el sector de la panadería que augura problemas de suministro hacia el final de esta semana.