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Bárbara Brun Presidenta del Fórum de Jóvenes de Aefas

"En Asturias cierran empresas por falta de relevo generacional, se requiere planificación"

"La burocracia y el desequilibrio fiscal que sufrimos respecto a otras comunidades dificultan el desarrollo de nuestros negocios"

Bárbara Brun. Fernando Rodríguez

Bárbara Brun Becerra (Oviedo, 1987) es la nueva presidenta del Fórum de Jóvenes de la Asociación Asturiana de Empresa Familiar (Aefas), nacido con el objetivo de sensibilizar sobre la relevancia del tránsito generacional en los negocios y familiarizar a los jóvenes con la actividad empresarial. Diplomada en Ciencias Empresariales por la Universidad de Oviedo y máster en Asesoría Fiscal y en Auditoría de Cuentas y Contabilidad por el Colegio de Economistas de Asturias, se incorporó en enero de 2021 a Vallas y Casetas Brun, empresa ovetense con más de medio siglo de actividad. Ella forma parte de la tercera generación y actualmente es la responsable de Calidad.

–¿Con qué objetivos asume la dirección del Fórum de Jóvenes de Aefas?

–Se trata de un proyecto que acojo con gran ilusión. Considero que es una oportunidad para crecer personal y profesionalmente. Me gustaría fomentar el encuentro y las relaciones entre los miembros familiares de segunda generación en adelante incorporados a la empresa familiar. Incluso también entre aquellos que sean accionistas o estén llamados a serlo en el futuro. Además, considero muy enriquecedor la posibilidad de compartir experiencias y participar en diferentes actividades que aporten formación en todo lo referente al entorno y las singularidades de la empresa familiar.

–Uno de los objetivos del Fórum es sensibilizar sobre la relevancia del tránsito generacional en la empresa familiar. ¿Se mueren empresas por falta de relevo?

–Pienso que es imprescindible preparar bien la entrada de un nuevo miembro de otra generación en la empresa familiar. Se requiere una buena planificación para que haya continuidad. En Asturias sí hay empresas que echan el cierre por falta de relevo. Es una pena. Para que ello no suceda se requiere de la colaboración y del buen entendimiento entre el fundador y el sucesor. Las buenas relaciones en el seno de la familia facilitan siempre ese tránsito.

–¿La digitalización está acelerando la incorporación de jóvenes en puestos de responsabilidad en las empresas familiares?

–La transformación digital es todo un reto a asumir para cualquier empresa. Pienso que la incorporación de las nuevas generaciones –más familiarizadas con esta necesidad por ser nativos digitales– puede facilitar este proceso que considero clave ya que mejora la eficiencia, reduce los tiempos y agiliza la intercomunicación. Todo ello posibilita que se proporcione un mejor servicio o producto al cliente final.

–Usted trabajó fuera de la empresa familiar antes de incorporarse a ella como miembro de la tercera generación. ¿Es aconsejable esa experiencia externa?

–Más que aconsejable diría que debería ser casi obligatorio, siempre que sea posible. Aún así reconozco que también hay procesos exitosos de incorporación directa a la empresa familiar. En mi caso trabajar fuera de la empresa familiar me ha permitido conocer otros sectores totalmente diferentes al nuestro, enfrentarme a nuevos retos, tener una mente más abierta y crecer a nivel personal. Estos aprendizajes son un plus a la hora de entrar en la empresa.

–¿Fue dura la incorporación?

–En ningún caso podría decir que la incorporación fue dura. Es cierto que es un reto enorme en el que se precisa estar a la altura y dar todo de uno mismo. Antes de entrar realicé un curso de desarrollo de liderazgo que me ofreció claves para enfrentarme a la incorporación en la empresa familiar. La ilusión, las ganas de aprender y de aportar, hicieron el resto.

–¿Qué echan de menos en Asturias las empresas familiares con respecto a las administraciones públicas?

–La burocracia sigue siendo un handicap enorme para todas la empresas, también para las familiares. La lentitud y las trabas que encontramos en muchas ocasiones desde las administraciones dificultan el desarrollo de nuestros negocios y la puesta en marcha de nuevos proyectos empresariales. Asimismo, el desequilibrio fiscal que sufrimos en Asturias respecto a otras comunidades autónomas tampoco ayuda especialmente

–Vallas y Casetas Brun estaba en fase de expansión antes de la actual crisis de precios. ¿Siguen pese a las actuales dificultades?

–Sí, de hecho abriremos una nueva delegación en Castilla y León a finales de este año. Será la cuarta y se suma a las que ya tenemos en Asturias, Galicia y Cantabria.

–El negocio depende en buena medida del sector de la construcción. ¿Notan una recuperación de este sector?

–Sí, desde la pandemia hasta ahora se ha visto un incremento notable. De todos modos, trabajamos también en el sector industrial, en el que sí que ahora mismo parece haber momentos de incertidumbre y parón. Pese a todo, seguimos operando principalmente en estos dos sectores.

–En estos tiempos de carestía energética, inflación e incertidumbre, ¿cómo se desenvuelven las empresas familiares? ¿Su visión a largo plazo las diferencia del resto?

–En este contexto no observo ninguna diferencia, en la gestión del día a día, respecto a otras empresas no familiares. Procuramos igualmente reducir el consumo energético en la medida de lo posible sin disminuir la calidad de nuestros productos y servicios. La incertidumbre siempre es una variable muy difícil de gestionar. Quizás desde nuestro colectivo de empresas familiares estamos más habituados a convivir con ella. Ante la incertidumbre las empresas familiares respondemos con más compromiso y mayor esfuerzo, si cabe.

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