El comprador de Windar, un fondo que maneja inversiones de 38.000 millones

El nuevo dueño de Windar Renovables, Bridgepoint, es un fondo de capital riesgo con sede central en Londres que maneja activos por valor total de 38.000 millones de euros. Su actividad principal es la inversión en empresas de tamaño mediano (de hasta 1.000 millones de euros), especialmente en Europa y en sectores como la industria, las finanzas, la salud o el consumo. También se dedica a la concesión de créditos corporativos. Su presidente es William Jackson.

La compañía nació en 1984 como filial inversora del National Westminster Bank (NatWest), en Reino Unido. Cuando esta entidad fue adquirida en el año 2000 por el Royal Bank of Scotland, sus empleados decidieron independizarse y formar una nueva sociedad, renombrándola Bridgepoint.

A lo largo de su historia, ha realizado inversiones en unas 400 empresas y concedido préstamos a unas 300. Actualmente, Bridgepoint cuenta con 190 empleados y está presente en Europa, América y Asia. En concreto, el 48% de su capital se concentra en el continente europeo, el 38% en Estados Unidos, el 7% en Asia Pacífico y el 6% en Oriente Próximo. El año pasado, el grupo logró unos ingresos de 354 millones de euros y unos beneficios antes de impuestos de 146 millones. La sociedad cotiza en la Bolsa de Londres desde 2021.

Su equipo en Madrid, donde desembarcó en 1992, está dirigido por Héctor Pérez y lo conforman una decena de profesionales. En España, la compañía ha invertido en empresas como la agrícola Rovensa o la deportiva Dorna, organizadora del Mundial de Motociclismo MotoGP.

Fuera del mercado español, el fondo tiene participación, por ejemplo, en las divisiones británica y francesa de Burger King; la consultora de energías renovables ACT, con sede en Ámsterdam; la empresa de seguridad Anaveo, en París; o la británica Hobbycraft, cadena de hipermercados de artesanía. En conjunto, las compañías participadas por el fondo Brigdepoint suman más de 300.000 puestos de trabajo, según fuentes de la firma.

En su informe anual, la sociedad admite las dificultades sufridas en 2022 tanto en su propio negocio como el de sus empresas participadas, debido a la alta inflación y la subida de los tipos de interés. Luchar contra estas adversidades ha concentrado buenas partes de sus esfuerzos en el pasado ejercicio, pero la compañía asegura que, "pese a las incertidumbres macroeconómicas, el mercado de la gestión de activos privados continúa beneficiándose de los vientos de cola sectoriales".

Suscríbete para seguir leyendo