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Sector alimentario

Rafael Juan (Vicky Foods): "El coste de la energía hará subir el precio de los alimentos"

El consejero delegado de Vicky Foods (Dulcesol) asegura que "el sector agroalimentario ha ganado prestigio en todo el mundo durante la pandemia porque ha sido capaz de llegar a muchos mercados"

Rafael Juan (Vicky Foods).

Rafael Juan (Villalonga, Valencia, 1959 ) acaba de publicar Una dulce historia, un libro que su madre, Victoria Fernández, cofundadora de Dulcesol ( constituida en 1952), en la actualidad Grupo Vicky Foods, no llegó a tiempo de escribir. Su hijo Rafael, consejero delegado de este imperio del pan y la bollería, explica que quiere mantener las «esencias familiares» de una empresa de 376 millones de euros en ventas anuales, 2.650 empleados (con fábricas en España y Argelia; pronto abrirá en Francia) y que ya ha dado paso a su tercera generación en tareas directivas. «No escuchamos ofertas de fondos de inversión», sostiene el máximo ejecutivo, ciclista de fondo, sobre esta firma que se sitúa en el ‘top ten’ de su ámbito en España. Sabe mucho del negocio del pan.

 -Una dulce historia es un libro cuyo autor es usted. ¿Por qué un empresario se mete en el oficio de escritor?

-Ganas y tiempo tenía poco. Pero era una tarea pendiente que mi madre no pudo completar. Hace dos años comencé por el impulso que me ofreció Cipri Quintas, consejero, empresario y autor de libros de marketing y management. Quería contar en primera persona la historia de una compañía que tiene setenta años y pretende mantener su carácter de empresa familiar.

-Pues los fondos de inversión se lanzan ‘a saco’ a por las compañías agroalimentarias españolas. ¿Tiene ofertas?

-España es un país muy atractivo para los fondos de inversión porque el sector agroalimentario está saneado y en constante crecimiento. Hay que tener en cuenta que las inversiones financieras no están garantizando rentabilidades adecuadas en estos últimos tiempos. Es obvio que los fondos tienen que dirigirse a aquellos canales que puedan ser más estables. Eso hace que se produzcan muchos movimientos. Nosotros no hemos escuchado ofertas. Somos una empresa familiar gestionada entre la segunda y tercera generación y no estamos en venta. 

-¿Qué cambios detecta en las necesidades alimentarias de los consumidores a raíz de la pandemia de coronavirus?

-Basta mirar las estanterías de los supermercados para darse cuenta de la gran oferta de marcas y sabores que reclaman. La pandemia ha puesto en valor los envases. Antes, había una tendencia a vender productos con menos protección. El covid-19 también ha impulsado el crecimiento de los alimentos básicos. De hecho, en los primeros meses hubo una gran demanda de estos y a precios más bajos. Pero ha sido una tendencia pasajera. Ahora ya existe un surtido habitual y más variado, como antes. Otra tendencia que se ha acentuado es la venta ‘online’. Las ventas a domicilio han venido para quedarse. Los llamados dark kitchen (restaurantes virtuales) y los servicios de venta a domicilio de muchas tiendas se han desarrollado más. La industria alimentaria tiene eso en cuenta.

-El covid-19 ha relanzado al sector agroalimentario español.

-Sin duda. Ha puesto de manifiesto que España en un player muy bueno en todo el mundo. El nivel de servicio y de prestigio se ha incrementado. Así lo constata el tirón de las exportaciones . La marca ‘España’ ha salido reforzada. Eso contrasta con las imágenes de estanterías vacías de los supermercados implantados en el Reino Unido. Tenemos mucho recorrido por andar en el exterior. El Brexit está generando problemas de desabastecimiento en las empresas británicas por las complicaciones para los sectores del transporte y la logística así como por el precio de los fletes. Veremos qué pasa.  ¿La gran distribución mantendrá la ‘batalla’ de precios y apostará más por la marcas blancas?

En estos últimos tiempos se ha mantenido la tendencia en cuanto a la proporción de marcas de la distribución (blancas) y las del fabricante. No ha habido mucha variación. Todas las grandes firmas alimentarias han crecido. Es una prueba de que el sector, salvo las más dependientes del canal de ventas del ámbito de la hostelería, sigue en alza. Estas últimas empresas se han visto afectadas por la crisis

Pienso que ese equilibro entre las marcas se va a mantener. A lo largo de 2020 el pan ha vivido un año de crecimiento con un 40% más de producción, especialmente en pan de molde y pan de nuestra marca de alimentación saludable, Be Plus, que ha permanecido estable a lo largo del ejercicio. Hermanos Juan, la gama de bollería y pan congelados para hostelería y el canal alimentación, creció 9% en volumen.

-¿Le preocupa la escalada del precio de la luz? ¿Cómo impactará en los costes de explotación de la compañía? ¿Lastrará sus resultados?

-En nuestro caso la subida de los costes energéticos no impacta demasiado. Hace años que tomamos medidas al invertir en la producción de energía fotovoltaica. Generamos este tipo de electricidad en todos nuestros centros de producción. Además, estamos instalando otro parque fotovoltaico más en Villalonga. Lo que está claro es que los mayores costes de la luz sí repercutirán en la inflación y afectarán a los precios de los alimentos. Subirán los precios por el incremento de la energía. Por eso habrá que repercutir esos aumentos en los precios de los alimentos que paguen los consumidores.

-¿Qué soluciones propone?

-Las empresas deben apostar más por el autoabastecimiento energético. En ese sentido habría que aprovechar más los fondos Next Generation de la Unión Europea para esos fines de energías renovables. En eso consiste apostar por la sostenibilidad.  

-Los productos de Vicky Foods, como los del resto del sector, disminuyen las cantidades de azúcar, ¿eso influye en el sabor?

-Hemos trabajado mucho para que eso no suceda. Ha sido un arduo trabajo de investigación, desarrollo e innovación. Ha sido un estudio de formulación que cuenta con el visto bueno de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Esta entidad revisa que cumplimos los parámetros establecidos en los grados de azúcar. Logramos mantener las propiedades organolépticas y que el consumidor compre sin percibir esos cambios. 

-¿Tienen futuro los hornos tradicionales ante la gran presión que ejerce la gran industria agroalimentaria en los diversos canales de venta?

-La situación es diferente en cada región. Nosotros tenemos otros canales de venta. Los hornos compran masas congeladas y precocidas. Si hablamos en general hay mercado para todos, para los nuestros y para los de los hornos tradicionales. Estamos en más de 80.000 puntos de venta de toda España. De ellos, hay muchos de distribución moderna aunque también existe u n porcentaje alto de tiendas tradicionales.

-Gullón, Adam Foods, Siro, Mondélez, Arluy… ¿aspira a llegar a ese tamaño?

-Tenemos vocación de liderazgo. Vendemos sobre todo en España, Portugal, Argelia, países del Magreb, Francia, Reino Unido e Italia. Apostamos por crecer con una estrategia de ‘mancha de aceite’ pero si se pone a tiro a alguna empresa se puede estudiar. Llevamos muchos años con inversiones importantes. En países como Argelia somos la marca líder a través de Dulcesol. En Francia vamos a crecer más.

-En el mapa de los productores de galletas se sitúan en ‘top ten’ de España. ¿Piensan dar el salto a posiciones de cabeza?

-El sector siempre se está concentrando. Hay grandes grupos de panadería, bollería y galletas. Y los fondos de inversión siguen comprando y suman a base de comprar empresas. Son nuestros grandes competidores.

"La bollería es saludable. Somos uno de los países más longevos"

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-El presidente Sánchez sostiene que el momento de invertir en España es "ahora". ¿Comparte esa idea?

-Somos un país atractivo para los fondos de inversión. Estamos en un marco de estabilidad. Hay muchas oportunidades para los inversores.

-¿Qué piensa de la tasa que algunas autonomías quieren imponer a alimentos y bebidas azucaradas?

-Siempre nos hemos manifestado en contra de esa media. Creo que todas les empresas tenemos un nivel impositivo suficiente. No podemos soportar más tasas e impuestos. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición ha defendido nuestra posición.

De hecho, España, con sus hábitos alimenticios, es uno de los países más longevos del mundo. La bollería es saludable. Estamos bien alimentados. Todos queremos seguir mejorando. Es una de nuestras líneas de trabajo y a ello dedicamos muchos recursos. En mi opinión, la tasa del azúcar generará desigualdad entre autonomías tal como algunas administraciones se empeñan en imponerla.

"La tasa del azúcar generará desigualdad entre las autonomías"

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-Han ganado la batalla a ‘Donuts’ por el uso de ‘Donas’.

-La demanda sigue su curso legal. El Tribunal General de la Unión Europea ha dictado una reciente sentencia que desestima el recurso de la empresa contra la decisión de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo), que concedió el registro de la marca Donas Dulcesol a Vicky Group. Pero bueno, no hay nada más que decir.

-¿España es un mercado saturado para el sector de la bollería y por eso se han lanzado al exterior?

-Los buenos resultados que hemos obtenido durante el último ejercicio son consecuencia del comportamiento del mercado internacional, que ha incrementado la facturación un 18%, hasta los 78 millones de euros. Así, el 21% de las ventas de la compañía se llevan a cabo en mercados como Portugal, Francia o Argelia. En 2008 sólo exportábamos el 2 % de las ventas. En breve llegaremos al 25% del total.

-El presidente de Mercadona, Juan Roig, sostiene que las cocinas podrían desaparecer de los hogares dentro de pocos años. Y por eso, entre otras razones, impulsa su sección ‘Listo para comer’. ¿Lo mismo pasará con los dulces?

-Pensamos que eso es así. Los consumidores del futuro también querrán más comodidad y productos más fáciles de consumir. Nosotros también apostamos por productos acabados. Pensamos que el futuro va por ahí, por los productos listos para comer. Nuestra línea Be Plus, con productos que nada tienen que ver con la bollería y el pan, va en esa dirección.

-¿El salario mínimo hay que subirlo hasta los 1.000 euros, como proponen sindicatos y Gobierno a partir de 2022?

-Yo, lo que diga la patronal CEOE (que no ha firmado el acuerdo). Los empresarios queremos seguir generando riqueza y empleo.

-¿Es partidario del teletrabajo?

-Ha sido una ayuda para las empresas y las administraciones públicas durante la situación de pandemia. Ha ayudado a mejorar los problemas de salud pero ahora la situación ha cambiado.  Ya no se entiende que ocupe la misma proporción respecto al trabajo presencial que ha ocupado en estos tiempos pasados.

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