Elecciones generales

Balón de oxígeno para el PSOE (tras el silencio ocioso de Susana Díaz)

El 23J ha traído unas dosis de tranquilidad hasta ahora inexistentes a Calle Ferraz y a territorios socialistas heridos, como el andaluz

Pedro Sánchez, María Jesús Montero y otros dirigentes celebran los resultados del 23J en la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE de este lunes.

Pedro Sánchez, María Jesús Montero y otros dirigentes celebran los resultados del 23J en la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE de este lunes. / CARLOS LUJÁN / EUROPA PRESS

Cristóbal G. Montilla

Los buenos resultados del PSOE le han insuflado un balón de oxígeno doble al ‘sanchismo’. A la vez que han reanimado la posibilidad de que Pedro Sánchez continúe en el madrileño Palacio de La Moncloa, han atenuado la hemorragia interna del partido. De repente, ya no pueden ser diagnosticadas como «muy graves» las constantes vitales orgánicas del socialismo en un supuesto parte médico. El 23J ha traído unas dosis de tranquilidad hasta ahora inexistentes tanto a Calle Ferraz como a otros territorios especialmente heridos. Por ejemplo, el andaluz. Desde que es el secretario general del PSOE de Andalucía, a Juan Espadas no se le había visto irradiar cierta felicidad en una noche electoral. Esta vez, sí. Y, para muestra, también vale el derroche de alegría de una María Jesús Montero que ha hecho piña con el exalcalde hispalense, durante el año fatídico transcurrido entre las andaluzas y las municipales. El alivio es también exportable a Málaga, dónde Dani Pérez venía soportando los estragos causados a nivel provincial, en términos electorales, por el 19J andaluz y el 28M. Pese a la pérdida de un diputado, al fin se mejoraban los resultados en tierras malagueñas (en porcentaje y cantidad de votos) con tales recuentos muy dañinos aún frescos. 

Ambiente de celebración, durante la noche electoral, en el PSOE de Málaga.

Ambiente de celebración, durante la noche electoral, en el PSOE de Málaga. / L. O.

A su vez, el freno de Sánchez a un hipotético tándem de Moncloa ‘Feijóo-Abascal se ha vuelto como un bumerán contra el brote de ‘susanismo’ de los últimos meses. Ya se organizaban de forma soterrada ciertos contubernios, en el caso de que tocara abrir una nueva etapa en la madrileña Calle Ferraz o en las comunidades en las que el ‘sanchismo’ goza de un control relativo.

La semana pasada, en la antesala más inmediata de la cita con las urnas, las críticas de un sector del PSOE evidenciaron el malestar existente en relación a la «huelga de brazos caídos» que Susana Díaz estaba desplegando en la campaña de las generales.

La ‘huelga’ de Susana Díaz

Esta actitud contrastaba con su hiperactividad en las semanas previas a las elecciones municipales del 28M, cuando ella se montó por su cuenta y riesgo una gira a su medida, con decenas de mítines en pueblos de toda la geografía andaluza.

Esta campaña paralela -con paseíllo incluido junto al ‘antisanchista’ Alfonso Guerra- no gustó en la dirección regional de Juan Espadas. Y, luego, a la exsecretaria general del PSOE andaluz le molestó que no fuese mantenida durante el proceso electoral nacional en la Diputación Permanente del Senado, con la consiguiente pérdida de salario.   

Con el 23J en el horizonte, la expresidenta de la Junta había regresado a un hieratismo que inquietaba, y que incluso le habría llevado a aguardar con expectación un hipotético tropiezo electoral de Pedro Sánchez. «Si Pedro cae, habrá un congreso federal en pocos meses y congresos locales en menos de un año; y si continúa, habrá que presentarle batalla», vino a ser la consigna que circuló entre los afines de la política trianera y entre otras sensibilidades críticas de la formación progresista.

Juan Espadas celebró los buenos resultados del PSOE-A en las elecciones del 23-J.

Juan Espadas celebró los buenos resultados del PSOE-A en las elecciones del 23-J. / EFE/RAÚL CARO LA OPINIÓN. MÁLAGA

A Susana Díaz la han delatado en la campaña sus redes sociales. No hubo ni rastro de unos mínimos de implicación en relación a la carrera de las generales. Todo lo contrario a lo que hizo en las municipales, cuando anunciaba a bombo y platillo sus intervenciones o las retransmitía en directo. De hecho, la cuenta que suele informar de su actividad pública, sólo viene publicitando sus apariciones televisivas. Este comportamiento la situaba en la misma línea que otros históricos alejados de Sánchez, como Felipe González, Guerra o el extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Nada que ver con el José Luis Rodríguez Zapatero que ha ‘arrimado el hombro’ en vísperas del 23J de forma decisiva.

Vacaciones polémicas

Los mismos a los que les incomodaba el exceso de protagonismo de Susana Díaz han cuestionado ahora su silencio. Que, incluso, se ha tornado en ocioso durante unas vacaciones en plena campaña electoral que han tenido durante varias jornadas a la trianera, junto a su familia, en un conocido hotel de La Carihuela torremolinense.

Allí, ha recibido incluso la visita de compañeras de su cuerda. Por ejemplo, de las exsenadoras malagueñas Estefanía Martín Palop y Marisa Bustinduy, quien antaño fuera la líder provincial del PSOE.

Fueron, precisamente, las redes sociales las que airearon este encuentro. Una profesional del sector turístico, vinculada a la cadena hotelera en la que se alojaba, se fotografió junto a Díaz, Martín y Bustinduy y difundió la imagen calificándolas de «grandes mujeres, mejores amigas». El ‘pantallazo’ que ilustraba la camaradería ‘susanista’ circuló entre los partidarios del oficialismo socialista, quienes en muchos casos recordaban que «Susana Díaz es senadora por designación autonómica y debía estar batiéndose el cobre como otros compañeros, en lugar de bajar los brazos». Fuentes cercanas al aparato del PSOE, llegaron a reprocharle «la falta de compromiso y de ética» a la exlíder.