San Sebastián

Una bomba colocada por ETA causó ayer importantes daños materiales en la sede del PSE-EE de la localidad guipuzcoana de Elgóibar, en el segundo atentado que la organización terrorista comete contra casas del pueblo socialistas en el plazo de tres días. El pasado jueves, la banda hizo explotar una bomba con cinco kilos de amonal contra la sede socialista del barrio bilbaíno de La Peña. En ninguno de los dos casos ha habido que lamentar daños personales, aunque sí cuantiosos destrozos.

La bomba de ayer explotó ante la sede socialista ubicada en el número 14 de la calle Urasandi a las 03.25 horas, casi una hora después de que un comunicante que habló en nombre de ETA alertara a la Asociación de Ayuda en Carretera (Dya) de Vizcaya de la colocación del artefacto.

El comunicante efectuó la llamada a las 02.32 horas y avisó de que la bomba haría explosión a las 03.30, por lo que la Ertzaintza acordonó la zona y desalojó a los vecinos de dos portales de la calle Urasandi, además de alertar por megafonía al resto de los habitantes de las inmediaciones para que abrieran las ventanas y cerraran las persianas.

La bomba estaba compuesta por unos tres kilos de explosivo y fue activada mediante un temporizador, ya que la Ertzaintza encontró en el lugar restos de este componente y cables, aunque ayer aún investigaba qué tipo de material se había empleado en este atentado.

La onda expansiva de la bomba, que estaba metida en una bolsa de plástico destrozó la persiana metálica de la entrada y la puerta, además de derrumbar parte de un tabique y de provocar otros desperfectos. La explosión causó además daños en ventanas y persianas de los edificios colindantes y en unos ocho coches aparcados en las inmediaciones.

Respecto a la autoría del atentado, el consejero vasco de Interior, Javier Balza, aseguró: «Ya existen identificaciones de alguno de los liberados» (de ETA) que podrían ser responsables de los últimos atentados contra las sedes socialistas en el País Vasco. «Hay una cierta idea o análisis compartido entre las tres policías (Ertzaintza, Policía Nacional y Guardia Civil) de la estructura, más o menos, a la que nos estamos enfrentando», adelantó Balza.

El atentado desató la condena de las fuerzas políticas dentro y fuera del País Vasco, con reiterados llamamientos a la unidad contra el terrorismo, mientras que ANV -la última pantalla electoral de Batasuna- guardó silencio.

Desde el Gobierno, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que ETA «sabe que está ya derrotada» y, por tanto, sólo le queda decidir cuándo pone fin a la violencia. El PSOE, a través de su ejecutiva federal, reprobó el «estéril» atentado y consideró que la unidad sin fisuras de todas las fuerzas democráticas acabará con el terrorismo etarra.

El PP expresó su «más enérgica» condena, trasladó su solidaridad a los socialistas vascos y apoyó al Gobierno para que siga combatiendo el terrorismo «con todos los instrumentos del Estado de derecho hasta su derrota final». El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, afirmó que se trata de un atentado contra «el ejercicio de la política».