Oviedo, L. Á. VEGA

La detención de Mikel Carrera, presunto asesino del guardia civil langreano Juan Carlos Beiro, está haciendo revivir todo el dolor a sus familiares. «Si mató a mi marido, que lo condenen y cumpla la pena íntegra», deseó la viuda del guardia, María José Rama. No obstante, esta mujer no se hace muchas ilusiones. «Ya cuando se difundió que el nuevo jefe de ETA era el asesino de Juan Carlos, me dirigí a la Audiencia Nacional para pedir información y me aseguraron que no había ninguna prueba. Estamos como al principio, el sumario del crimen sigue a cero», indicó la mujer.

Las sospechas policiales sobre Mikel Carrera parten del hecho de que cuando el etarra se encontraba en Navarra, antes de pasar a Francia e iniciar su escalada en la jerarquía de la banda, se produjeron varios asesinatos en esa comunidad de los que apenas se tienen datos, entre ellos el de Juan Carlos Beiro, muerto por una pancarta bomba en la localidad navarra de Leiza. Pero ese convencimiento debe traducirse en pruebas o confesiones. Entre las posibles víctimas del etarra también está el guardia Carlos Sáenz de Tejada, vinculado a la localidad de Llanes.

Todo este asunto está generando una gran incertidumbre y ansiedad en la familia de Juan Carlos Beiro. También «falsas esperanzas», de forma que María José Rama dice sentir que están jugando con ella y los suyos. «Me siento utilizada, que se pongan en mi lugar», señaló esta mujer. No obstante, no negó que la detención del asesino de su marido es la noticia por la que lleva esperando desde hace ocho años, los que se cumplirán el próximo 24 de septiembre, aniversario del crimen.

Desde aquel fatídico día, María José Rama ha estado convencida de que el asesino de su marido o las personas que le ayudaron siguen viviendo en Leiza. «Sé que hay mucha gente mala en el pueblo y que tuvieron que saber algo», afirmó la mujer.