La oposición catalana recibió ayer al nuevo director de los Mossos d'Esquadra, Pere Soler, con calificativos como "hispanófobo" y "xenófobo". El primer epíteto se lo dedicó el portavoz del PP en el Parlamento autonómico, Alejandro Fernández, pero el segundo fue obra del portavoz de Catalunya Sí Que Es Pot, Joan Coscubiela, lo que da idea del unánime rechazo que ha provocado el nombramiento de Soler tras la purga, el lunes, de su predecesor, Albert Batlle, por su escasa empatía con el "procés".

A la renuncia por "motivos políticos" de Batlle se sumó ayer la del director del servicio de emergencias 112, Federic Aran, por "lealtad" al exconsejero de Interior Jordi Jané, que el pasado viernes fue sustituido por Joaquim Forn, un independentista sin tapujos.

Las descalificaciones hacia Soler tienen su origen en algunos de sus últimos tuits; entre ellos, el ya célebre: "Espero que nos vayamos ya, porque me dais pena todos los españoles".

Además de "hispanófobo", el popular Fernández tachó a Soler de "supremacista y machista", asegurando que en sus tuits ha dicho también que "no habla de zombis españoles y que Susana Díaz se pasa con el rebujito".

Coscubiela cree que los mensajes de Soler le "desautorizan para estar en un puesto como este, tan sensible", y espera que "no aplique en la política de Interior la ideología xenófoba que ha expresado en sus tuits hasta hace muy poco". Además aprovechó para descalificar por "bárbara" la "macrocrisis provocada" por el president, Carles Puigdemont, al relevar a cuatro consejeros buscando "fidelidades ciegas" a sus planes secesionistas. Con todo, el nuevo portavoz del Govern, Jordi Turull, cree que Soler es "una persona muy capaz" que sabe "cuándo lleva el sombrero institucional y cuándo no". A lo que el propio Soler agregó en Twitter, irónico: "A los que juzgáis sin conocer, honrado también de estar a vuestro servicio".

Turull, entre tanto, informó de la reactivación de la compra de urnas para la consulta del 1-O, una vez que el concurso público para adquirirlas quedó desierto. No dijo más, salvo que la competencia en "proceso electorales y consultas populares" ha sido traspasada al vicepresidente, Oriol Junqueras.

"Anuncio del anuncio"

El Govern analizará ahora los "itinerarios" disponibles para hacerse con las urnas, en un proceso que estará "dentro de la legislación vigente". Y de esta decisión, como de todas las demás referidas a la consulta, se harán responsables todos los consejeros de manera colegiada.

Y ahí se acabó la información. El Govern sólo rendirá cuentas cuando el proceso de compra de urnas esté cerrado. Y el portavoz lo justificó: la Generalitat no puede actuar con "ingenuidad" frente a un Gobierno que la "asedia por tierra, mar y aire".

La justificación de Turull no dejó satisfecha a la CUP, que exigió que "no dilate más" el proceso, mientras que el Gobierno criticó que la reunión del Ejecutivo catalán quedara reducida, de nuevo, al "anuncio del anuncio".

Desde Vitoria, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, comparó la "contribución" del Gobierno vasco "a la estabilidad de España" con el "extremismo y el fanatismo" que siempre acaban por "aislarse", en alusión al Ejecutivo de Puigdemont.

El grupo independentista República des de Baix se vale de la imagen de Franco en una campaña para pedir a los catalanes que acudan a votar el 1-O. Varias ciudades de la comunidad, entre ellas Barcelona, amanecieron ayer, 18 de julio, con carteles con la imagen del dictador (en la foto) y el lema: "No votes el 1 de octubre. No a la república". El grupo explicó que su acción tiene como objetivo explicar "con perspectiva histórica" que es "un Estado heredero del franquismo" el que no deja votar a los catalanes el 1-O.