El portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, exigió ayer a la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, que "acabe con su ambigüedad" y rechace de modo expreso ceder locales municipales para la celebración del referéndum secesionista.

Tras la suspensión, el jueves, del referéndum por el Tribunal Constitucional, Colau paralizó el inventario de locales municipales disponibles y dirigió una carta al presidente de la Generalitat en la que, ante la nueva situación, le pregunta por las medidas que adoptará para que ni los consistorios ni sus funcionarios se vean perjudicados en caso de atender las exigencia de colaboración del ejecutivo autonómico.

La posición de Colau de dejar en suspenso la colaboración se suma al "no" de los ayuntamientos gobernados por el PSC -con el de L'Hospitalet, la segunda ciudad catalana al frente- para hacer que los municipios en los que vive casi la mitad de los catalanes se queden, en principio, al margen de la organización de la consulta. Frente a ellos, unos 600 de los 948 municipios de la región han expresado su voluntad de colaborar, según datos de fuentes soberanistas.

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, denunció, por su parte, "las palabras irresponsables y temerarias" del presidente catalán, Carles Puigdemont, y pronosticó que provocarán "insultos y amenazas" populares.

En un acto organizado el viernes por la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Puigdemont emplazó a los asistentes al acto, lleno de banderas independentistas, a parar a sus representantes municipales y decirles: "Mírame a los ojos y dime, '¿me dejarás votar o impedirás que vote?'". Precisamente, el viernes se produjeron manifestaciones independentistas ante los ayuntamientos de Barcelona, Lérida y Mataró (Barcelona) para presionar a sus alcaldes.