El opositor venezolano Antonio Ledezma llegó ayer a Madrid procedente de Bogotá tras huir de Caracas después de más de mil días de arresto domiciliario. Atrás queda, según el exalcalde de la capital venezolana, un país "sometido con la violencia del poder", del que salió "con el alma desgarrada" porque "jamás pensé que tendría que emigrar".

"En España me siento libre". Esas fueron las primeras palabras de Ledezma tras pisar suelo español y después de abrazar a su esposa Mitzy Capriles y a sus dos hijas, que le esperaban en el aeropuerto madrileño. Allí también se congregaron decenas de venezolanos y simpatizantes de la oposición al régimen de Nicolás Maduro. El opositor se mostró muy crítico con la mediación de José Luis Rodríguez Zapatero en la preparación de las conversaciones entre el Gobierno de Venezuela y la oposición, que tendrán lugar el 1 y 2 de diciembre en la República Dominicana. Desde que el expresidente del Gobierno español intervino "hay más presos políticos y ha habido más muertos", según el antiguo alcalde, partidario de que el mediador sea el también expresidente Felipe González.

El presidente Rajoy recibió a Ledezma al poco de su llegada y le manifestó su compromiso de trabajar por una solución plenamente democrática para Venezuela, que "necesariamente" ha de pasar por la liberación de los presos políticos y la convocatoria de elecciones. Para el Gobierno de Maduro, ese encuentro es un "acto inamistoso", al recibir Rajoy a un "prófugo de la justicia venezolana enjuiciado por los delitos de conspiración y asociación para delinquir".