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Cuando Paz Felgueroso sonaba para ministra y en la ejecutiva del PSOE tronaba Fernández Villa

Las notas desclasificadas de Felipe González revelan la inquietante persistencia de la financiación autonómica como asignatura pendiente

Cuando Paz Felgueroso sonaba para ministra y en la ejecutiva del PSOE tronaba Fernández Villa

La memoria manuscrita de Felipe González, recién destapada en los cuadernos expuestos a la luz por la fundación del expresidente, revela, en sus límites con Asturias, indicios de relaciones que bien pudieron haber hecho ministra a Paz Fernández Felgueroso. Deja constancia de las permanentes "reflexiones" de José Ángel Fernández Villa en las reuniones de la ejecutiva federal del PSOE o da fe de cómo el debate muy actual sobre el futuro de la financiación autonómica ha vuelto a un punto en algún sentido parecido al de los primeros años noventa. En los cuadernos desclasificados, hechos de páginas y páginas anotaciones para uso personal, algunas dispersas y descontextualizadas, esbozan diseños de gabinetes ministeriales, resumen reuniones de toda índole y recopilan borradores de discursos y cartas y hasta anotaciones muy personales.

Allá por 1988, cuando Matilde Fernández fue la primera mujer asturiana con cartera en un Consejo de Ministros, hubo una segunda opción. Paz Fernández Felgueroso, entonces consejera de Industria del Principado, después alcaldesa de Gijón y secretaria de Estado de Asuntos Penitenciarios, figura sin cartera concreta en una lista de ministrables en la que entre otras también descollaba ya María Teresa Fernández de la Vega, que tampoco llegó, que aún tardaría quince años en llegar a ser vicepresidenta con José Luis Rodríguez Zapatero. Las mujeres de aquel gabinete en el que aún eran un bien escaso las carteras femeninas terminaron siendo sólo la lenense Matilde Fernández y la portavoz, Rosa Conde.

Largos apuntes sobre las reuniones de las ejecutivas federales que presidía González jalonan las hojas cuadriculadas que el expresidente y secretario general del PSOE garabateaba, con dibujos incluidos, durante o después de las sesiones. Eran los años ochenta y noventa y el entonces secretario general de los socialistas iba dejando constancia escrita de aquellas reuniones en las que casi siempre intervenía el líder sindical minero de infausto presente para el socialismo asturiano.

En aquella época de incertidumbres para la minería asturiana, de huelgas y encierros, reconversión y manifestaciones, y en las notas de Felipe González se ve con frecuencia a Villa en plan "pepito grillo", haciendo consideraciones difíciles de contextualizar desde el presente que a la vista del bolígrafo del expresidente ponen en evidencia (julio de 1992) "un problema de credibilidad de la política económica", o medidas no concretadas que "pueden poner en peligro la capacidad electoral" o "producir el rechazo de los sindicatos". "La UGT no se compromete a nada", reflexiona el entonces presidente tras una intervención de Villa en 1987. "No legitima la política del Gobierno en ningún caso".

"Tema Hunosa. Falta diálogo", escribe escueta y crípticamente González en octubre de 1991. "Hablar con Txiki (Benegas, entonces secretario de organización), tema Hunosa", había puesto un mes antes?

El recorrido desordenado que proponen las notas de González por su parte de la historia de España deja constancia de preocupaciones que cerca de tres decenios después siguen abriendo informativos. Es de 1991 la conversación que cita con el expresidente del Principado Pedro de Silva de la que emerge la inquietud por el desarrollo de lo que llama "pacto autonómico" y el dilema, hablando ya de un asunto tan actual como la financiación de las comunidades autónomas, que se enuncia en las notas con un "ir o no a remolque, llevar o no la iniciativa". Releyendo los criterios que para el reparto de fondos planteaba entonces el presidente del Gobierno se diría que no ha pasado el tiempo. Las notas de los primeros años noventa van y vuelven a este tema una y otra vez y dicen cosas que en su enunciado básico se siguen defendiendo hoy desde Asturias, a lo mejor contra mucha reticencia y sin demasiado eco. Escribe González en 1991, en vísperas de una de las modificaciones del sistema, que entre las "variables" a tener en cuenta cabría valorar la "dispersión de la población", uno de los grandes caballos de batalla de Asturias de cara a la próxima reforma del sistema, o la máxima "a igual servicio, igual financiación". En el "cómo negociar" de las anotaciones presidenciales también se mencionan cuestiones de aspecto actual como la incógnita de la "limitación presupuestaria" y la "inversión nueva" o la "disminución de diferencias" con las regiones donde rige el cupo vasco y el concierto navarro.

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