El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, estimó ayer en Nueva York que resolver la división de la sociedad catalana podría llevar al menos "veinte años", en caso de tener éxito. Borrell, que lamentó la represión policial del 1-O, explicó que advirtió "muchas veces" a los impulsores del referéndum ilegal de que "ningún Gobierno del mundo" reconocería una declaración unilateral de independencia que contase con un 47% de apoyos y lamentó las consecuencias del paso dado por los secesionistas.

"Desgraciadamente, hubo una ruptura emocional, hay gente en la cárcel que va a ser juzgada, la sociedad quedó dividida y hay una confrontación entre la gente", resumió el político catalán. Para el Ministro, "la única manera de evitar que las cosas empeoren es hablar" sobre cómo encontrar una "salida". No obstante, advirtió que "si la única propuesta" es "queremos la independencia" no habrá acuerdo: "Lo siento, eso no lo vamos a aceptar", sentenció.

En el plano de las consecuencias judiciales del 1-O, la Fiscalía Superior de Cataluña ha concluido que por el momento no ve "indicios bastantes" que permitan al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) investigar al vicepresidente y consejero de Economía de la Generalitat, Pere Aragonès (ERC), por un presunto delito de desobediencia vinculado a la consulta ilegal, celebrada cuando era secretario de Economía de la Generalitat. En cambio, la Fiscalía estima que el TSJC debe incoar un procedimiento penal al diputado autonómico de ERC Josep Maria Jové, que ya estaba siendo investigado por el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona por los presuntos delitos de malversación, revelación de secretos, desobediencia y prevaricación.

Las fuerzas soberanistas y constitucionalistas mueven ya sus peones ante las elecciones municipales de la próxima primavera. El presidente de la Generalitat, Joaquim Torra, hizo ayer, en una entrevista con "Efe", un llamamiento a las fuerzas independentistas para que superen las "desavenencias y desconfianzas" internas y construyan la máxima "unidad estratégica y electoral" para abordar los comicios locales y europeos.

Sin embargo, no parece que ERC y el PDeCAT estén dispuestos a unir fuerzas aunque en las últimas horas se han registrado importantes movimientos en ERC. El candidato designado en marzo para aspirar a la alcaldía de Barcelona, Alfred Bosch, anunció ayer su retirada y, en una asamblea de la formación, cedió el paso al hasta ahora consejero de Acción Exterior, Ernest Maragall, quien no descarta tender puentes con otras formaciones tras los comicios.

A su vez, el ex primer ministro francés Manuel Valls ha dado a conocer que el martes desvelará si lidera una plataforma para aspirar a la alcaldía barcelonesa. Ciudadanos ha invitado a Valls a encabezar sus listas y ayer expresó su confianza en que acepte.