La familia Franco insiste en que llevará los restos del dictador a la cripta de la Almudena en sus alegaciones finales para oponerse a la exhumación del Valle de los Caídos, un proyecto que juzga una "farsa administrativa" y, además, "inconstitucional".

En su escrito, la familia ironiza sobre los riesgos para la seguridad que acarrearía enterrar los restos de Franco en un lugar tan céntrico de Madrid aduciendo que siempre sería inferior a la de un partido de fútbol. Los Franco calculan que la afluencia de visitantes a La Almudena, tras la inhumación allí del cadáver de su abuelo, sería de un "máximo de 1.000 diarios", cifra "no relevante" si se la compara con "otros eventos que se celebran en la capital, como los partidos de fútbol, que concentran a 100.000 personas en el centro de Madrid durante un plazo de tres horas".

En las alegaciones, presentadas por el abogado Luis Felipe Utrera-Molina, la familia Martínez-Bordiú Franco denuncia las "múltiples irregularidades" que presenta el proyecto del Gobierno, y "el incumplimiento por la Dirección de Salud Pública de la Comunidad de Madrid de la normativa vigente en materia de sanidad mortuoria". La familia reprocha a la Comunidad "haber obviado la condición de cadáver embalsamado de los restos mortales" cuando, en diciembre, la Dirección General de Salud madrileña contestó al Gobierno que la exhumación "no está sometida a ningún requisito administrativo sanitario".

Además, achaca al proyecto de exhumación "múltiples y graves incumplimientos de la legalidad urbanística".