Patronal y sindicatos asturianos reprochan el pacto entre PSOE, Unidas Podemos y EH Bildu para la derogación de la reforma laboral que hizo el PP en 2012 en la medida en que pueda hurtar la negociación y el acuerdo a los agentes sociales, que ya lo estaban abordando cuando el estallido de la pandemia forzó el aplazamiento de las conversaciones. Sin embargo, mientras la patronal regional también discrepa del fondo y finalidad del acuerdo, los sindicatos mantienen la exigencia de derogar una normativa decidida de modo unilateral por el Gobierno del PP y que UGT y CC OO consideran lesiva.

FADE. La Federación Asturiana de Empresarios (FADE), en línea con lo manifestado por las patronales de ámbito estatal CEOE y CEPYME, rechazó "con total rotundidad" el acuerdo. A juicio de FADE, "este pacto supone un desprecio indignante al diálogo social, al que dinamita; al papel que la propia Constitución otorga a los agentes sociales y a las propias instituciones del Estado en el momento más delicado de la economía española y, por tanto, cuando este diálogo se hace más necesario".

La asociación empresarial asturiana considera que el acuerdo "desoye las recomendaciones emitidas este miércoles por la Comisión Europea" para "fundamentar la recuperación a medio plazo en medidas de apoyo al empleo tomadas de acuerdo con los interlocutores sociales, tales como la flexibilización de las condiciones laborales".

Para la organización presidida por Belarmino Feito, el "pacto alcanzado es de una irresponsabilidad mayúscula y tendrá unas consecuencias negativas incalculables en la economía española y en la confianza empresarial tanto nacional como internacional", lo que "impactará de forma profundamente negativa en el empleo". Feito dijo que "es la gota que colma el vaso. Hasta aquí hemos llegado. Después de esta actuación por la puerta de atrás e impresentable, tendremos que reconsiderar nuestra actitud de generosidad con el Gobierno como fue el reciente esfuerzo de consenso con los ERTES.

Femetal. Guillermo Ulacia, presidente de la patronal metalúrgica asturiana (Femetal), opinó que es "una irresponsabilidad mercadear por un puñado de votos innecesarios con la reforma laboral y su derogación, porque solo crea más incertidumbre, cuando lo que se necesita es estabilidad y estímulos económicos para que las empresas comiencen a recuperar su actividad y empleo". "La reforma integral", añadió, "no se puede hacer de espaldas a los agentes sociales, rompiendo el diálogo social. El Gobierno tiene que demostrar con hechos que está comprometido con el dialogo social."

UGT. Javier Fernández Lanero, secretario general de UGT Asturias, expresó que "la derogación de la reforma laboral es una necesidad porque es muy lesiva, y esa necesidad es ahora mayor que nunca porque la crisis sanitaria nos lleva a una crisis económica y social que no pueden volver a pagar una vez más los trabajadores". Sin embargo, reclamó al Gobierno que "no haga experimentos" y que mantenga el ámbito de negociación en el seno del diálogo social, en el que el ejecutivo, patronal y sindicatos ya han hecho avances como suprimir "el despido de trabajadores por estar de baja por enfermedad". Lanero dijo que ahora mismo la proridad es combatir la pandemia y sus impacto económico y que, "cuando se recupere la normalidad", "vamos a volver a retomar la negociación en la mesa del diálogo social" para "derogar unos artículos, modificar otros y añadir algunos nuevos". A su juicio, lo ocurrido anteayer "ayuda poco". "No es el momento, ni la forma ni el lugar" y las empresas "no deben aprovecharlo", dijo, "para abandonar el diálogo". "Durante muchos años soportamos regulaciones del PP que perjudicaron a los trabajadores y nos aguantamos. Los sindicatos nunca nos fuimos del dialogo social. Hay que mantenerlo".

CC OO. José Manuel Zapico, secretario general de CC OO de Asturias, indicó que el pacto de anteayer es "un ejemplo de mala política". Ante la "situación sanitaria gravísima, y cuando la amenaza del virus sigue viva, hay que priorizar la salud", declaró. Y agregó: "Esa negociación cuestiona la transversalidad. No ha lugar. Porque se anteponen los intereses partidistas a los generales". CC OO mantiene su rechazo a la reforma laboral que aplicó el PP: "Hicimos huelgas generales contra ella y creemos que la reforma de 2012 es un arma de destrucción masiva porque favorece los despidos, la precariedad y los salarios de hambre". "Hay que reformarla pero el camino es el diálogo social. Hay que negociar". Zapico alertó de que el acuerdo "diseña" un país asimétrico" en su punto segundo. "Hay que defender los mismos derechos para todos".