Los contagios están desbocados y para hacerles frente España cuenta con una propuesta de toque de queda atascada y un plan de alertas que ni 24 horas después de ser aprobado la Comunidad de Madrid se ha saltado a la torera. Ante este panorama, cada vez son más las voces que reclaman al Gobierno central que tome las riendas con la declaración de un estado de alarma en toda España y fuentes gubernamentales no descartan que se tome una decisión en las próximas horas. Los apoyos del Congreso ya los tiene, después de que en una iniciativa inédita, el 'lendakari' Urkullu se haya puesto a la cabeza de la manifestación junto a la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas.

Pedro Sánchez ha comparecido poco después del mediodía con una declaración institucional en la que ha calificado de "grave" la situación y ha advertido que nos esperan "semanas y meses duros, muy duros". Se ha fijado el ambicioso objetivo de bajar la tasa de incidencia de los 370 casos por 100.000 habitantes actual a 25. Un objetivo imposible de alcanzar sin medidas más drásticas. España superó ese nivel de contagios en la lejana fecha del 27 de julio.

¿Y las medidas? Al margen de pedir "disciplina social" y apelar a responsabilidad de población, el presidente del Gobierno, ha vuelto a contar cómo funcionará el nuevo 'semáforo' aprobado por el Consejo Interterritorial del jueves. A cada nivel de alerta le corresponden unas restricciones, pero la decisión última queda en manos de las comunidades autónomas. Del toque de queda, ni palabra, aunque sea la medida que ahora centra el debate público. Del estado de alarma ha dicho una vez más que las comunidades pueden pedirlo para ellas si lo consideran necesario.

Entre líneas Sánchez ha deslizado una advertencia: si no hacemos lo suficiente, los ciudadanos, las administraciones y los partidos, podemos vernos abocados a un nuevo confinamiento. Fuentes cercanas al líder socialista indicaron que éste no quiere pasar por el calvario de junio, cuando la falta de apoyos y le obligaron a acelerar la desescalada. El presidente aspira a contar con el apoyo del PP, que insiste en que no es necesario porque bastaría con desplegar una nueva ley de Salud Pública, aunque ya no haya tiempo para ello.

Pero los votos del PP Los últimos en retirar el apoyo a la alarma fueron Ciudadanos y el PNV. Con ellos se mantuvo vigente los últimos 15 antes de que decayera en junio y ahora podrían volver a ser su sostén.

Arrimadas ha telefoneado a Sánchez para ofrecerle su apoyo y reclamarle que adopte medidas contundentes para tomar el control de la pandemia. "Basta ya. Queremos que el Gobierno tome el control. Que asuma su responsabilidad y no se lave las manos. He pedido a Sánchez que decrete si es necesario el estado de alarma para tomar medidas contundentes que eviten un segundo confinamiento", ha reclamado.

Urkullu ha recalcado que serán las autonomías las que asuman el mando y la gestión de la nueva situación y que, por lo tanto, tendrán la competencia para aprobar medidas restrictivas en coordinación con la Moncloa. De hecho, así lo dejó claro el Gobierno de España cuando abrió esa posibilidad a las autonomías. "Hay presidentes de otras autonomías que también están dispuestos" a reclamar el estado de alarma, ha destacado el lehendakari sin citar nombres.

Pocos minutos después Asturias, Extremadura y Melilla se han sumado a la petición del País Vasco.

Más de mil contagios en un día

Tras un revés judicial, el objetivo de Urkullu es disponer de la capacidad legal para aprobar medidas y poder así "actuar con la mayor celeridad y diligencia posible para intentar preservar la salud de toda la ciudadanía, limitar la transmisión comunitaria del coronavirus y la saturación de las camas hospitalarias". Euskadi ha vivido en las últimas 24 horas un récord de contagios: 1.033. En los hospitales vascos hay ingresados 401 pacientes ingresados por covid-19, enfermedad que acapara el 27,5% de las camas de las UCI. Todavía no está en riesgo el sistema hospitalario, pero con el estado de alarma, según Urkullu, se podría "responder de manera más efectiva a la pandemia".

Mientras, otras regiones están apostando por restringir la movilidad, especialmente la nocturna, con el toque de queda. Es el camino que han seguido Castilla y León, Comunidad Valenciana y Andalucía (solo para la ciudad con más casos: Granada). Otra cosa es que los jueces respalden la decisión política de estas comunidades. Con la declaración del estado alarma esté nubarrón quedaría despejado.

En Navarra, por ejemplo, los magistrados sí que han avalado el cierre perimetral de la comunidad foral, a excepción de la frontera con Francia al tratarse de un paso internacional. Lo mismo ha hecho La Rioja y Aragón en sus tres capitales.

El paso adelante dado por Urkullu, precisamente, corresponde a la negativa que le han dado los magistrados a la hora de avalar las medidas restrictivas aprobadas por su gabinete. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco no admitió la prohibición de los encuentros sociales con más de seis personas tanto en espacios públicos como privados al tratarse de un "derecho fundamental". La falta de base legal para aplicar una medida que la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, veía "más necesaria más que nunca" ha hecho que el lehendakari solicite formalmente el estado de alarma a Sánchez.

Euskadi aprobó el jueves un paquete de medidas, que incluye limitar a la mitad el aforo en todas las actividades, también en las culturales y en bares y restaurantes, obligados a echar el cierre a medianoche en lugar de a la una de la madrugada. Las discotecas permanecen también cerradas y los botellones, prohibidos. En los 25 municipios donde el virus está más desbocado, la persiana se echará a las 21.00 horas. En esas localidades con alerta roja, a los vecinos se les pide (no es una obligación sino una petición) que no salgan ni entren a no ser que se deba a una causa de fuerza mayor. También se suspende la actividad deportiva en grupo (solo se puede practicar en solitario) y se prohíbe vender alcohol a partir de las nueve de la noche.