El septuagenario vigués acusado de abusos sexuales a dos menores de edad -la hija de una mujer con la que afirma mantenía una relación sentimental, y una compañera de instituto- volvió a negar toda relación con los hechos, afirmando que "nunca" les pidió fotos ni tampoco les habría realizado tocamientos. "Para mí era como una nieta", respondió el encausado a las preguntas de su defensa, ya que rehusó contestar a las de la fiscal.

Repetición

Se trata de la segunda vez que el acusado se sienta en el banquillo de la Sección Quinta de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, tras ordenar el TSXG en febrero del año pasado la repetición del juicio porque no se habían tenido en cuenta algunos "elementos probatorios" por parte del tribunal.

El acusado volvió a incidir en que mantenía una relación sentimental con la madre -a la que definió como su "querida"- de una de las niñas, y fue cuando puso fin a la misma cuando se produjo la denuncia. "Como corté con ella... fue ir a buscar a la niña al colegio y ya se presentó la Policía", afirmó. Aseguró, además, que ayudaba "en todo" a la madre de la niña y que a la otra denunciante "no" la conocía "de nada". "Las llevé a su casa algunas vez y les dije que iba a enseñarlas a conducir, nada más", aseveró.

Versión de las víctimas

Sus palabras contrastan con la versión ofrecida por las madres de las dos menores -la declaración de las niñas no trascendió ya que se realizó a puerta cerrada-. Ambas afirman que notaron "un cambio de actitud" en sus hijas meses antes de descubrir los hechos. "Aproveché que ella estaba en la ducha para mirarle el móvil y ya vi mensajes de este señor hacia ella. En cuánto le pregunté a la niña qué había pasado, acto seguido se puso a llorar", afirmó una de las progenitoras, quien afirma que en estos mensajes, el acusado le pedía fotos de ella, si bien asegura no llegó a ver ninguna.

En cuanto a la madre de la otra niña, señaló que se enteró de los supuestos abusos cuando la llamó la Policía, después de que se interpusiera la denuncia. La mujer afirmó que el acusado "llevaba y traía a las niñas" y que nunca le dio confianza. "A mí ya no me gustaba", incidió.

Petición de cárcel

La Fiscalía, que mantuvo su petición de 14 años de prisión, expuso que "los hechos han quedado suficientemente acreditados" y, aunque si bien es verdad que en el volcado de los datos de los teléfonos de las niñas no se encontraron fotos (las menores reconocieron que habían borrado todo), su testimonio es "creíble". En cuanto a las posibles contradicciones en las declaraciones de las menores se deben a la situación "vergonzante" que habían vivido. La defensa, por su parte, se aferró a esta ausencia de imágenes y conversaciones y pidió para el acusado la libre absolución.